Entre narcotráfico y geopolítica: El trasfondo de la ofensiva estadounidense contra Venezuela
Expertos señalan que el despliegue militar de EE.UU.podría ser un pretexto para avanzar hacia un eventual cambio de régimen en Venezuela. Todo esto se produce mientras Putin mantiene silencio sobre su aliado.
“Si lo ven que viene, ¡palo al tiburón!”. Con esa estrofa de Rubén Blades cerró Nicolás Maduro una de sus recientes intervenciones televisadas, aludiendo de forma irónica a Estados Unidos justo después de que la Casa Blanca anunciara con bombos y platillos la destrucción de una lancha venezolana en aguas del Caribe.
El gesto no fue casual, ya que la canción Tiburón se ha convertido en un recurso simbólico frente a la narrativa de Washington, que ha pasado de la retórica a la acción militar y busca acorralar al régimen venezolano bajo acusaciones de narcotráfico a gran escala.
Todo esto se enmarca en la intensificación de la tensión entre los dos países que cumple ya tres semanas, en la que el gobierno de Maduro enfrenta una presión militar sin precedentes. En ese contexto, Trump ordenó el despliegue de tres destructores, aviones de vigilancia P-8, buques de guerra y un submarino nuclear en un punto no revelado del mar caribeño. La operación se acentuó el 2 de septiembre de 2025, cuando las fuerzas estadounidenses realizaron un ataque aéreo contra una embarcación venezolana vinculada al grupo criminal Tren de Aragua, resultando en la muerte de 11 personas.

Maduro advierte a Trump que responderán con lucha armada "si Venezuela resulta agredida"
Venezuela ha aumentado su preparación militar ante la presencia de buques, submarinos nucleares y tropas de Estados Unidos en el Caribe, que responden a la lucha contra el narcotráfico. En medio de estas tensiones, Venezuela ha solicitado la intervención de la ONU y el retiro de activos militares estadounidenses del mar abierto.
Rusia dejó caer a Venezuela
Para el analista internacional y académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, Jorge Sanz, se trata de un conflicto donde no solo Estados Unidos y Venezuela tienen un papel estratégico, sino que Rusia también desempeña un rol clave.
Según el académico, es muy probable que cualquier comunicación o advertencia dirigida al presidente Maduro “haya sido coordinada por Trump con Vladimir Putin durante su reunión en Alaska”, ya que hasta ahora el principal respaldo internacional de Venezuela proviene de Rusia, y “Putin no se ha pronunciado públicamente sobre la situación de su aliado. Esto indica que hay múltiples factores estratégicos en juego”.
“Yo tengo la sensación de que estuvo incluida en la reunión en Alaska, porque la cumbre fue el 15 y el 18 se movieron los buques. Y no se van a mover esos buques, ni se van a instalar frente a un aliado importante de Rusia en una actitud absolutamente ofensiva, sin que Rusia diga nada”, sostuvo Sanz a Turno PM.
Sobre este tema, el doctor en Estudios Internacionales de la Universidad de Las Américas, Hugo Harvey, indicó a Turno PM que “Estados Unidos en este momento está tratando de opacar cualquier foco de conflicto que le afecte su seguridad. En este plan está intentando que se acabe la guerra en Ucrania y en Medio Oriente, para dedicarse a la principal amenaza que es China”.
En ese contexto, Harvey advirtió que “lo que pase en el Caribe le importa mucho, le afecta, y va a tratar de evitar cualquier cosa que dañe su seguridad en esa zona”.
Cabe destacar que la relación entre Venezuela y Rusia ha sido históricamente cercana, caracterizada por una cooperación estratégica en áreas como defensa, energía y política internacional. En los últimos años, ambos países han fortalecido sus lazos en un contexto de creciente aislamiento internacional de Venezuela. Rusia ha suministrado a Venezuela sistemas de armas avanzados, incluyendo misiles y equipos de defensa aérea, como parte de su apoyo militar.
Sin ir más lejos, en mayo de este año, Nicolás Maduro viajó a Moscú para participar en los festejos del Día de la Victoria, que conmemoran cada año la victoria soviética sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, donde ambos mandatarios sostuvieron una reunión bilateral.
En dicha oportunidad, Putin señaló que “siempre recordamos a nuestro amigo, Hugo Chávez. Fue un líder brillante no sólo para nuestro país, sino para toda América Latina. Él fue, sin lugar a dudas, nuestro amigo. Usted continúa su obra y le deseamos todo lo mejor. ¡Bienvenido a Rusia!”.

Trump va por Maduro: Crece la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela
La Casa Blanca ha insistido en acusar a Maduro de liderar un “cártel del narcotráfico”, mientras que Venezuela ha acudido a la ONU denunciado “acciones hostiles”. En tanto, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el despliegue militar en la frontera con Venezuela para “reducir al máximo las fuerzas de la mafia”.
¿Qué hay detrás?
Desde que Trump llegó por segunda vez a la Casa Blanca, su discurso en contra del narcotráfico y la inmigración ilegal ha alcanzado nuevos niveles. En julio, en un acto que sorprendió al mundo, firmó una directiva secreta para que el ejército pueda atacar carteles de droga latinoamericanos que sean calificados como “organizaciones terroristas”.
El siguiente paso fue aumentar a $50 millones de dólares la recompensa vigente contra el mandatario Nicolás Maduro, vinculándolo a él y a otros altos funcionarios como la mano detrás del llamado Cartel de los Soles, cuyas conexiones se extienden hasta otras organizaciones criminales del continente.
Eso es lo que se maneja oficialmente, pero los expertos coinciden en que hay mucho más en juego. José Sanz, precisa que la clave está en “la definición que hace Estados Unidos de que el Tren de Aragua, el Cartel de los Soles, la Mara Salvatrucha y el Cartel de Sinaloa son un peligro para la seguridad de Estados Unidos. Entonces yo no puedo ver que solo hundiera una lancha”.
Según el analista, “el tema de la droga era un tema de campaña del presidente Trump, y lo que está haciendo ahora es ir a solucionar ese problema de la droga, particularmente el fentanilo más que la coca. Pero es una demostración de fuerza y es una demostración de voluntad de querer solucionar el problema”.
Sumándose al análisis, Hugo Harvey coincide en que el trasfondo es más político que criminal: “El tema de la droga es más que todo un pretexto para sacar a Maduro, que no solo es un problema para Estados Unidos, sino que también para toda la región”.
Harvey, oficial en retiro del Ejército de Chile, subraya además que los movimientos militares de Washington “son más bien una fuerza en presencia y lo que están haciendo es claramente disuadir o presionar a Venezuela”. Sin embargo, advierte que “no tienen capacidad real de control en tierra”.
Por su parte, Gilberto Aranda, académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, pone el foco en la acción militar contra la embarcación venezolana: “Si lo que ayer vimos fuera efectivo en todas las dimensiones que se dijo, claramente estamos hablando de otro nivel. El arma desplegada no es solo exhibición de músculos, sino que también se está dispuesto a utilizarla”, señaló a Turno PM.
El especialista recuerda que “Estados Unidos ya ha actuado así en otros lugares, como Irán: decisiones unilaterales amparadas en su propia legislación”. Por ello, advierte que, aunque la operación se presenta como una ofensiva contra el narcotráfico, “también puede allanar el camino para una transición política en Venezuela”.
“Si en algún momento consideran que la única forma de neutralizar la amenaza de drogas es propiciar un cambio de régimen, yo creo que estarían dispuestos”, concluyó Aranda.
El futuro de Maduro
Maduro, cuyo mandato en Venezuela se ha extendido por más de 10 años, ha sobrevivido a casi todo lo que Trump ha intentado para desestabilizarlo: sanciones financieras, bloqueos económicos, además de la conformación de una coalición internacional para deslegitimar su gobierno, de la que también fue partícipe el entonces presidente de Chile, Sebastián Piñera.
En este escenario, el académico Gilberto Aranda ahondó en que “el régimen ha mostrado gran capacidad de sobrevivir políticamente, incluso llegando a acuerdos que luego vulneraba, recurriendo al fraude electoral”. Según explicó, las sanciones económicas tampoco dieron frutos y, ya en la actual administración de Trump, “vimos señales confusas: diálogo directo entre Grenell y Maduro, intercambio de detenidos, y la reanudación del permiso a Chevron para operar en Venezuela”.
Aranda añadió que la estrategia estadounidense se sostiene en sus propios intereses, al declarar a los carteles como organizaciones terroristas y actuar “de acuerdo a su legislación, más allá del derecho internacional”. Esto, advierte, explica que persistan dudas sobre el ataque a la lancha venezolana, “lo que genera advertencia hacia Venezuela y mantiene a la cancillería en alerta”.
En ese sentido, Hugo Harvey agregó que “la retórica de Maduro antes no era tan fuerte porque las sanciones parecían no afectarle tanto. Ahora, con la presencia militar, ha elevado su discurso nacionalista para aglutinar población y presentarlo como una agresión al continente. Pero no logra apoyo: ni la CELAC se reunió tras el movimiento de las embarcaciones estadounidenses”.
Harvey no cree que “Donald Trump haya hecho todo este movimiento para irse sin resultados”, por lo que plantea que “si es verdad que hay complicidad de Maduro en el tráfico, va a llegar un momento en que sus compradores le exijan explicaciones porque no les llegan los insumos. Y ahí Estados Unidos va a ir destruyendo cualquier embarcación sospechosa”.
En relación a lo mismo, la visión de José Sanz es que “efectivamente, en la medida que empiecen a cortar la ruta de la droga, que la droga no pueda salir de Venezuela ni siquiera por las rutas colombianas, Maduro no va a tener los recursos para pagar las lealtades del Cartel de los Soles”
El académico apuntó a que, lo que están buscando, es “que el reventón venga desde adentro, no desde afuera. Invadir Venezuela, por mucho que Estados Unidos tenga el potencial que tiene, va a significar muchos muertos, muchas bajas. Y el discurso del presidente Trump es que él evita guerras, no genera guerras”.
Sobre cuánto podrá sostenerse esto, señaló que “hay una primera aproximación que hace Marco Rubio: desde un trimestre”.