Justicia de Brasil refuerza vigilancia a Jair Bolsonaro por riesgo de fuga
La medida, autorizada por el juez Alexandre de Moraes, se da mientras se revelan sus aparentes intentos de asilo y sus seguidores esperan una intervención de Donald Trump.
En un apacible y exclusivo vecindario residencial de la capital de Brasil, Brasilia, policías vestidos de civil realizan una vigilancia inusual. Su misión es custodiar de cerca al expresidente Jair Bolsonaro, quien se encuentra en una de las casas de lujo de la zona, en una situación que ha alterado la tranquilidad del sector y ha puesto en alerta a las autoridades del país.
Desde hace semanas, Jair Bolsonaro cumple arresto domiciliario, monitoreado con un dispositivo en el tobillo. Se encuentra a la espera de un juicio que comenzará el martes, en el que enfrenta acusaciones de haber conspirado para ejecutar un golpe de Estado tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2022. El exmandatario ha negado todos los cargos en su contra.
Según reportó este martes The New York Times, las autoridades brasileñas han decidido incrementar la vigilancia sobre el exdirigente ante una preocupación creciente de que pueda intentar escapar. Esta medida, según un alto cargo policial que habló bajo condición de anonimato, responde a la percepción de un elevado riesgo de fuga por parte de Jair Bolsonaro, lo que ha motivado el despliegue de seguridad adicional.

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El ex mandatario de Brasil exhibió su tobillera electrónica como un "símbolo de la máxima humillación" y desafió las órdenes judiciales.
La semana pasada, agentes de policía de civil se apostaron en las afueras de la comunidad cerrada, vigilando el acceso al complejo. El sábado, el juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, quien supervisa el caso, autorizó que la policía se instalara alrededor de la casa de Jair Bolsonaro, aunque denegó el permiso para que ingresaran a la propiedad.
En su fallo, Alexandre de Moraes justificó la medida para contrarrestar el riesgo de fuga a través de “propiedades adyacentes a ambos lados y en la parte trasera, lo que provoca la existencia de puntos ciegos”. El funcionario policial añadió que los monitores de tobillo no informan los movimientos en tiempo real, lo que podría darle tiempo para huir por una casa vecina.
El mismo funcionario policial aclaró que no existe información de inteligencia que sugiera un plan de fuga inminente. Sin embargo, las medidas se consideraron necesarias porque Jair Bolsonaro ha señalado en más de una ocasión que ha contemplado la posibilidad de huir. La preocupación aumenta por los esfuerzos de uno de sus hijos para que la Casa Blanca intervenga.
Una de las hipótesis que inquieta a las autoridades, según la fuente policial, es que Jair Bolsonaro pueda escabullirse en el vehículo de un vecino para buscar refugio en la Embajada de Estados Unidos. Dicha sede diplomática se encuentra a tan solo 15 minutos en automóvil desde su lugar de arresto domiciliario, lo que la convierte en un destino plausible.
Mientras tanto, el equipo jurídico de Jair Bolsonaro ha declinado hacer comentarios sobre las medidas de seguridad adicionales o sobre los motivos que llevaron a la policía a implementarlas. Su defensa ha mantenido silencio frente a las nuevas disposiciones ordenadas por el poder judicial y el despliegue de los agentes en las inmediaciones de la residencia del expresidente.
El domingo, un reducido grupo de simpatizantes de Jair Bolsonaro marchó en las cercanías de la urbanización, exigiendo amnistía para él y pidiendo el encarcelamiento del juez Alexandre de Moraes. Algunos manifestantes, envueltos en banderas de Brasil y Estados Unidos, se arrodillaron para orar bajo el sol, pidiendo un milagro para salvar a su líder.
Para muchos de los presentes, ese milagro es Estados Unidos. Ana Vasconcelos, una funcionaria jubilada de 63 años, expresó esta esperanza: “Si Trump nos ayuda de verdad, las cosas van a salir bien”, dijo. “Mucha gente tiene mucha esperanza”. Esta declaración refleja la confianza de sus seguidores en la intervención de Donald Trump en la situación judicial del exmandatario.
En julio, Donald Trump se implicó en el caso, amenazando a Brasil con aranceles y exigiendo el fin de lo que calificó como una “caza de brujas” contra su aliado. Posteriormente, impuso gravámenes del 50 por ciento a Brasil y aplicó sanciones directamente a Alexandre de Moraes, escalando la tensión diplomática entre ambas naciones por este asunto.
La policía de Brasil también ha señalado otros indicios que sugieren planes de fuga. A principios de mes, informaron haber encontrado en el teléfono de Jair Bolsonaro un borrador de solicitud de asilo de 33 páginas dirigido al presidente de Argentina, Javier Milei. Días después de que ese archivo fuera guardado, el expresidente pasó dos noches en la embajada de Hungría.