Así es el programa de gobierno de Eduardo Artés
Inspirado en el gobierno de la Unidad Popular, el candidato presidencial Eduardo Artés propone un programa de gobierno basado en la nacionalización de sectores estratégicos de la economía. El plan incluye medidas como la entrega de medio litro de leche a los niños, la pena de muerte para pedófilos y la refundación del Estado mediante una Asamblea Constituyente que entregue el poder a los sectores populares.
A menos de tres meses de las elecciones presidenciales, el candidato independiente Eduardo Artés oficializó su programa de gobierno. Se trata de un documento de 35 páginas que propone una profunda transformación del Estado, inspirado directamente en los principios que guiaron el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular en la década de 1970.
En la que constituye su tercera candidatura a La Moneda, el profesor y dirigente político presenta un proyecto que se autodefine como un “Gobierno Patriótico Popular”. Sus ejes ideológicos se centran en la estatización de sectores estratégicos de la economía, la refundación de las Fuerzas Armadas y una reestructuración completa del sistema político vigente.
Uno de los pilares fundamentales del programa de gobierno es el control estatal sobre áreas clave de la economía. Para lograrlo, se proponen políticas de nacionalización, expropiación y estatización, herramientas que Eduardo Artés considera que se mantienen “vigentes y necesarias” incluso 50 años después del gobierno de la Unidad Popular.
El documento presentado por Eduardo Artés contiene una dura crítica tanto a los gobiernos de la Concertación como a las administraciones más recientes de Sebastián Piñera y Gabriel Boric. El texto acusa que, pese a las diferencias políticas, ha existido una continuidad en el modelo económico que beneficia a una élite por sobre el interés popular.

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Entre los tres aspirantes a La Moneda, el más aventajado es Harold Mayne-Nicholls, seguido de cerca por Eduardo Artés y con Marco Enríquez-Ominami. Aún ninguno alcanza las 35.361 firmas que les permitan estar en la papeleta.

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El precandidato presidencial reafirmó su compromiso por conseguir las firmas necesarias para dar inicio a su campaña, destacando la importancia de una izquierda decidida y valiente.
De manera textual, el programa de gobierno acusa que “la política económica sigue al servicio de los grandes capitalistas, las transnacionales y los intereses imperialistas”. Para ejemplificar esta subordinación del Estado a intereses privados, el documento cita como un caso concreto el acuerdo alcanzado entre Codelco y SQM durante la actual administración.
En línea con una estrategia soberanista, el candidato propone un fortalecimiento de las Fuerzas Armadas. Esta medida es presentada como parte de un plan que busca garantizar la defensa nacional frente a lo que el documento describe como “posibles agresiones extranjeras, como las que viven países como Cuba o Venezuela”, según se cita textualmente en el plan.
El programa de gobierno también incluye una serie de propuestas específicas en el ámbito social, con un foco particular en la infancia. Una de las medidas más simbólicas es la entrega de medio litro de leche diario a todos los niños y niñas del país, reviviendo una política emblemática que fue implementada durante el gobierno de Salvador Allende.
Adicionalmente, el plan plantea la refundación del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia. Esta propuesta se enmarca en un enfoque que busca que el Estado “acompañe desde el nacimiento” el desarrollo de los menores, asegurando su bienestar integral desde las primeras etapas de su vida.
Uno de los puntos más controvertidos del programa de gobierno de Eduardo Artés se encuentra en su postura frente a los delitos sexuales contra menores de edad. La propuesta plantea la instauración de la pena de muerte para pedófilos y abusadores, afirmando que “la niñez debe ser protegida con el máximo rigor de la ley”.
En materia laboral, el documento contempla una reducción de la jornada de trabajo a 35 horas semanales. Esta medida se complementa con políticas que buscan promover la participación de mujeres trabajadoras y el impulso de áreas como la ciencia, la tecnología y la independencia energética del país como ejes de desarrollo.
El texto asigna a los trabajadores un rol político activo y protagónico en la sociedad. Señala que el objetivo es transformar el sistema institucional actual hacia un nuevo Estado, donde los sectores populares y postergados tengan el “ejercicio real del poder político”, superando su marginación histórica de las esferas de decisión.
Finalmente, Eduardo Artés plantea que la vía para lograr estos cambios estructurales es una Asamblea Constituyente. Esta instancia, según el programa, debe asegurar una amplia representación de fuerzas revolucionarias y democráticas para ser el punto de partida de una refundación del Estado donde los oprimidos ejerzan el poder “de forma real y efectiva”.