"Vagones de cola": La columna de Valentina Verbal
"¿Acaso no existen diferencias significativas entre los sectores moderados y radicales de ambos polos del espectro político? Por supuesto que sí", escribe la historiadora hoy en Turno PM.
Las últimas encuestas sitúan a José Antonio Kast y Jeannette Jara como los candidatos presidenciales con mayor apoyo popular. Se trata, además, de los líderes principales de los sectores radicales de ambos polos del espectro político. Ambos, por ejemplo, valoran y apoyan a dictaduras, como la de Pinochet y Castro. Los dos poseen un compromiso débil con la democracia liberal, la que tienden a valorar como un medio más que como un fin. Esto supone que la democracia no se entiende como un principio universal e irrenunciable, sino al servicio de los objetivos políticos de quienes detentan el poder.
Pero además, los sectores moderados tanto de la derecha como de la izquierda se encuentran hoy subordinados a sus contrapartes radicales. Subordinados de hecho, por poseer menor apoyo popular; y subordinados además en términos doctrinarios, por carecer de las herramientas intelectuales que les permitan diferenciarse de ellas.
Así es como, en primer lugar, los principales dirigentes de la centroderecha, hoy encarnada en Chile Vamos y en la candidatura de Evelyn Matthei, sostienen que entre Matthei y Kast no existirían diferencias sustantivas. En particular, señalan que, más que pertenecer a un proyecto político distinto, Matthei poseería mayor gobernabilidad y competitividad frente a Kast y Jara, respectivamente.

Raúl Sohr analiza el alto al fuego en Medio Oriente: “Netanyahu es el gran beneficiado”
El analista internacional reflexiona sobre el cese de las hostilidades entre Irán e Israel, el rol de Estados Unidos en la desescalada, y cómo la ofensiva ha fortalecido políticamente al líder israelí.

"Aprobado por Dios": La irónica respuesta de Sabrina Carpenter por las críticas a la portada de su nuevo álbum
La cantante presentó una portada alternativa para su álbum “Man’s Best Friend” tras la controversia por la original, que la mostraba arrodillada y tomada del pelo por un hombre. Además, lanzó una bebida con Dunkin' Donuts y protagonizó una campaña publicitaria.
¿Y qué sucede con la izquierda moderada, encarnada en Socialismo Democrático y en la candidatura de Carolina Tohá? Sucede, de hecho, algo muy similar al caso anterior. Pese a que Tohá ha buscado en los últimos días diferenciarse de Jara, ha aludido también a sus mejores condiciones para triunfar frente a la derecha que lidera Kast. Además, el mismo rechazo inicial de su comando a las declaraciones de Óscar Landerretche ha evidenciado esa falta de diferenciación. Como sabemos, si bien la crítica del economista a los sectores radicales de la izquierda son compartidas internamente por importantes miembros de la coalición que apoya a Tohá, en público esas declaraciones han tendido a ser rechazadas.
¿Acaso no existen diferencias significativas entre los sectores moderados y radicales de ambos polos del espectro político? Por supuesto que sí. Pero en ambos casos, los sectores moderados han terminado siendo nada más que vagones de cola de sus contrapartes radicales. Sin un relato auténticamente diferenciador, resulta imposible pensar en un retorno de la hegemonía moderada por sobre la radical.
Para que esto suceda, por una parte, la centroderecha debería comprometerse seriamente con la democracia liberal y con el Estado subsidiario; y, por otra, la centroizquierda debería hacer lo propio con ese tipo de democracia y con un Estado de bienestar moderado, no sustancialmente contrario al Estado subsidiario.
Todo muy “aburrido”, ciertamente, pero solo así el país podría volver a la ruta democrática y de progreso que abandonó desde el segundo gobierno de Michelle Bachelet y, especialmente, desde el estallido social de 2019.