Vivirán para siempre: Oasis regresa a Chile en una noche cargada de himnos

60 mil almas se reunieron en el Estadio Nacional, para presenciar el reencuentro de los hermanos Gallagher tras 16 años de ausencia en el país. Tras el teloneo estelar de Richard Ashcroft, los mancunianos repasaron los hits de su primera década de trayectoria, desatando la nostalgia noventera local.

20-11-2025

Luego de 16 años sin pisar suelo chileno, Oasis reunió a más de 60.000 personas en el Estadio Nacional, en una velada supersónica que cumplió con las expectativas tanto por su potencia musical como por su carga simbólica. En la única fecha agendada en el país como parte de la gira Live ´25, los hermanos Liam y Noel Gallagher ofrecieron un concierto repleto de clásicos, en el que el público chileno pudo formar parte del emotivo tour que los reunió después de una larga y conflictiva separación.


Antecedidos por el show del inglés Richard Ashcroft —ex vocalista de The Verve y autor de canciones como Lucky man y Bittersweet symphony—, la banda de Manchester ofreció las 23 canciones que vienen presentando regularmente como parte de su gira mundial.


Su selección se concentra especialmente en 3 de sus primeros discos, la etapa más emblemática de la banda: Definitely Maybe (1994), (What´s the Story) Morning Glory? (1995) y The Masterplan (1998).


Volvió el brit-pop, volvieron los 90


El Nacional repleto, con sus entradas agotadas desde que salieron a la venta hace más de 1 año, denotaba la alta expectativa con las que el público recibía a los mancunianos.


Antes del show, se desplegó un espectáculo de drones sobre el estadio, con luces que formaron el logo de Oasis en el cielo. Luego, cuando los Gallagher aparecieron de la mano en el escenario, dejando claro que su reencuentro los mantiene en paz, el estadio respondió con una ovación ensordecedora.


El show comenzó con un video musicalizado de Fuckin’ In The Bushes, que mostraba las rencillas de los hermanos Gallagher, desde su disolución hasta su anunciado regreso en 2024.


Juntos, pero no revueltos, cada uno se ubicó a un lado y tocaron de entrada Hello, iniciando una “noche bíblica”, como el propio Liam ha descrito al tour. Luego, continuaron con verdaderos himnos noventeros de la banda, como Acquiesce, Morning Glory y Some Might Say.


Con una pantalla gigante de extremo a extremo dividida en 3 segmentos y gráficas que acompañaron el show de principio a fin, Oasis desplegó su repertorio ante una audiencia fiel y activa que incluso cautivó los ojos de Liam, el siempre polémico frontman del grupo, quien aplaudió de pie durante varios pasajes del concierto al público chileno.


Tras la emocionante primera parte, hubo un segmento en que Noel Gallagher se dirigió al público con Talk Tonight, Half the World Away y Little by Little, que fue la pausa necesaria para un show adrenalínico que exigió al público compromiso, movimiento y sobre todo coros.


Ya con Liam de regreso en la cancha del Nacional, tocaron D’You Know What I Mean? y Stand By Me, con gráficas familiares proyectadas en la pantalla gigante. Un bálsamo de ternura necesario para el show de rock.


Entrando en su recta final, Oasis alcanzó sus cúspides más altas con Cast No Shadow, Slide Away, Whatever, Live Forever y Rock ‘n’ Roll Star, momento después del cual se retiraron brevemente del escenario.


Cuando volvieron, solicitados por el público que los aclamaba, la icónica banda del brit-pop noventero ofreció The Masterplan y Don’t Look Back in Anger, con Liam tras bambalinas. Ahí, se produjo un momento especialmente simbólico en que la banda guardó silencio para dejar que el público cantara el estribillo, una imagen que muchos interpretaron como un momento de cierre y reconciliación.


Luego, para cerrar y con Liam de vuelta en escena, vinieron las inmortales Wonderwall y Champagne Supernova, poniendo el broche de oro a una noche mágica en que el propio Liam se despidió con una promesa: “Nos vemos de nuevo”. Una declaración que toma forma de vaticinio en el marco del antepenúltimo show de la gira, que ahora los verá viajar hacia una jornada doble en Sao Paulo.


Con esa promesa, Liam Gallagher adelantó que esta reunión no sería el fin de Oasis y que la sociedad de los hermanos podría mantenerse en el tiempo superada la última valla de la gira. Está por verse si eso significa nuevas giras que sigan diseccionando el repertorio clásico de la banda, o algún disco nuevo que suceda a Dig Out Your Soul de 2008, su último álbum a la fecha.


Desde ya, el recital destaca como uno de los más vibrantes, convocantes y emocionantes del año en la cartelera chilena. Una noche bíblica que revivió la Oasismanía, volvió a conectar a su gente con la nostalgia brit-popera y simbolizó el cierre de una herida, con los hermanos reunidos y el público rendido a sus pies.


/ por Julio Olivares.




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