Reforma para el reconocimiento de los pueblos indígenas: ¿Comienza el entendimiento?
Mientras el Ejecutivo impulsa el reconocimiento constitucional, voces críticas acusan exclusión, simbolismo vacío y falta de preparación del sistema político para asumir un cambio real.
En el marco del solsticio de invierno —una fecha de profundo valor cultural y espiritual para los pueblos originarios— el presidente Gabriel Boric anunció el envío al Congreso de una reforma constitucional destinada a reconocer oficialmente a los pueblos indígenas de Chile.
La iniciativa busca saldar una deuda histórica con los pueblos originarios que han habitado el territorio chileno desde tiempos precolombinos, y que actualmente están contemplados en la Ley Indígena: mapuche, aymara, rapa nui, lickanantay, quechua, colla, diaguita, chango, kawésqar, yagán y selk’nam.
El reconocimiento, según destacó el mandatario, forma parte de los compromisos asumidos en el Acuerdo de Nueva Imperial de 1989, promesa que ha sido reiterada por sucesivos gobiernos sin lograr aún una consagración constitucional.
En un video publicado en su cuenta de X, el jefe de Estado indicó que "esto implica también un reconocimiento de los derechos individuales y colectivos que son indispensables para su bienestar y desarrollo, conforme a la Constitución, las leyes y los tratados internacionales ratificados por Chile y actualmente vigentes. Esta referencia explícita, amplía y protege de mejor manera los derechos de los pueblos indígenas".
El punto de partida
El proyecto, que también recoge elementos de propuestas legislativas previas, fue presentado como un primer paso hacia un proceso más amplio de reconocimiento y reparación, en línea con las recomendaciones entregadas por la Comisión para la Paz y el Entendimiento. La instancia, creada en 2023 para abordar la compleja situación territorial en la Macrozona Sur, entregó su informe final en mayo, con respaldo mayoritario de sus integrantes.
Este anuncio abre una nueva etapa de discusión política e institucional, marcada por la necesidad de construir consensos en torno al reconocimiento indígena. Mientras para algunos sectores se trata de un acto mínimo de justicia histórica, para otros la medida despierta reparos por su eventual impacto en el marco jurídico y territorial vigente.
Al respecto, la abogada Karina Riquelme, representante de Pablo San Martín Chuñil por la desaparición de Julia Chuñil, calificó de “importante” el anuncio del presidente Boric, y precisó que “hoy por hoy tenemos truncada nuestra identidad chilena al despreciar y no reconocer algo tan relevante como nuestro origen. Una deuda que debiera ser también un comienzo de una verdadera nueva y real comunicación”.
Sin embargo, no dudó en calificarlo como un “avance simbólico que debe materializarse en generar confianzas reales”, apuntando a que “nace desde la clase política, y deja fuera en esa discusión un amplio espectro no solo de miembros del pueblo mapuche, si no también de otras visiones”.
“Para su aplicación será necesario trabajar con todos e incorporar a los que faltan”, remató.
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Las polémicas que marcaron el proceso
El proceso de la Comisión para la Paz y el Entendimiento no estuvo exento de controversias. De los ocho integrantes de la comisión, sólo Sebastián Naveillán, presidente de la Asociación de Agricultores de Malleco, votó en contra de 16 de los 22 puntos, argumentando que la propuesta no estaba respaldada por datos técnicos sólidos, especialmente en cuanto a la restitución de tierras.
Aunque de todas maneras el acuerdo fue tildado como histórico, la falta de unanimidad, un requisito autoimpuesto por la misma comisión, despertó críticas y generó dudas sobre la efectividad del acuerdo para lograr una solución duradera al conflicto indígena en la Macrozona Sur.
La ausencia de consenso generó tensiones, especialmente entre los sectores más conservadores. Dentro del Partido Republicano tuvieron que enfrentar la renuncia de la senadora Carmen Gloria Aravena, quien acusó un cambio de postura dentro de su partido y, al no poder rechazar la propuesta como se le había solicitado, optó por separarse de la tienda.
Asimismo, también se generó ruido dentro de Chile Vamos, donde pese a que figuras del bloque, como Alfredo Moreno y Nicolás Figari, votaron a favor del acuerdo, de igual manera fue públicamente criticado por actores políticos como Miguel Mellado (RN) y Eduardo Cretton (UDI). La candidata presidencial del bloque, Evelyn Matthei, aunque evitó pronunciarse tajantemente, también cuestionó el incumplimiento de la unanimidad autoimpuesta.
En ese sentido, Karina Riquelme volvió a cargar contra el proceso, acusando que la clase política no es apta para abordar estos temas. “Lo que observo es una ignorancia que pareciera no remediarse con nada, no nos ayudan a lograr una convivencia respetuosa”, sentenció.
Enfatizó en que “es clave trabajar por una mirada que ponga foco en los pueblos originarios no como el problema de Chile, si no como el gran aporte que son a nuestra historia y su sabiduría que, por cierto, quienes vivimos en el sur sabemos es imprescindible”.
Reparación
La reparación integral hacia los pueblos indígenas no solo involucra el reconocimiento formal de sus derechos, sino también la creación de mecanismos que aseguren que sus demandas históricas sean finalmente atendidas.
Adolfo Millabur, comisionado de la Comisión para la Paz y el Entendimiento, subraya que la reforma ingresada al Congreso es un “punto de partida” y que “reconocer es empezar a reparar”.
Respecto a medidas concretas, el ex alcalde de Tirúa destacó 3 acciones fundamentales: reconocer la existencia del problema, la creación de un órgano de alta jerarquía, como un ministerio o subsecretaría y acelerar la solución al problema de tierras en el Wallmapu.
Refiriéndose a si el Parlamento está preparado para la discusión, Millabur afirmó que con las recomendaciones hechas por la comisión, con amplio apoyo de sus integrantes, debiera generarse un espacio legítimo de debate y consenso. “Veremos cómo se dan las cosas en la medida que asumen estas recomendaciones como suyas”, comentó.
Millabur cerró reiterando la importancia de que el gobierno no pierda la oportunidad de avanzar en este proceso histórico. “Si logran viabilizar las propuestas que dimos en el poco tiempo que les queda, naturalmente tendría una opinión positiva de su quehacer presidencial”.