¿Paz histórica o trampa política? El plan de Trump para terminar la guerra en Gaza

El documento de 20 puntos ha sido aceptado por el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aunque recalcó que no permitirá la creación de un Estado palestino.

30-09-2025

El presidente estadounidense Donald Trump presentó en la Casa Blanca un plan de paz de 20 puntos para poner fin a la guerra en Gaza. La propuesta incluye la liberación inmediata de rehenes, la exclusión de Hamás de la administración del enclave y la instalación de un gobierno de transición bajo supervisión internacional, siendo bien recibido por países del Medio Oriente como Egipto, Jordania, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.


Por su parte, Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, confirmó su apoyo al plan, pero aclaró que no significa aceptar la creación de un Estado palestino. “No, en absoluto. No está escrito en el acuerdo”, dijo en un video difundido en redes sociales. Según Netanyahu, el documento se centra en seguridad y rehenes, y no en abrir paso a la estatalidad palestina, pese a lo señalado en uno de sus puntos.


Netanyahu explicó que Israel mantiene su derecho a usar la fuerza si Hamás rechaza la propuesta: “Si Hamás rechaza su plan, señor presidente, entonces Israel terminará el trabajo por sí mismo”, afirmó en conferencia conjunta con Trump. También indicó que el ejército israelí seguirá presente en gran parte de Gaza mientras dure el proceso de implementación.


Pese a ello, Trump se mostró optimista sobre el desenlace de las negociaciones, señalando “que estamos muy cerca. Estoy seguro. Tengo mucha confianza”. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, añadió que es urgente cerrar el acuerdo para acabar con casi dos años de combates, incluso si el resultado no satisface completamente a ninguna de las partes.


Las medidas para Gaza


El documento fija plazos concretos: liberar a rehenes israelíes y prisioneros palestinos en un máximo de 72 horas tras la firma, pero Trump prometió “pleno respaldo” a Israel si Hamás no cumple con los términos. Para Netanyahu, la propuesta abre la posibilidad de devolver a todos los cautivos y de consolidar un frente común internacional contra el grupo islamista.


Además, establece que Israel no ocupará ni anexionará Gaza. El control pasará gradualmente a una Fuerza Internacional de Estabilización, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel mantienen un perímetro hasta que desaparezcan las amenazas terroristas. El objetivo es alcanzar un cese inmediato de la guerra bajo supervisión internacional.


Sumado a lo anterior, el plan menciona que, tras reformas y avances de la Autoridad Nacional Palestina, podrían generarse condiciones para la autodeterminación y un eventual Estado palestino, algo que Netanyahu rechazó de manera categórica: “Trump lo entiende (...) y por supuesto es algo que no aceptaremos”, afirmó. Para el líder israelí, la prioridad es la seguridad y el aislamiento de Hamás.


También se contempla una amnistía para combatientes de Hamás que entreguen sus armas, aplicable solo cuando todos los rehenes hayan sido liberados. Quienes deseen abandonar Gaza podrán recibir salvoconductos hacia otros países. Con esto, Washington busca desradicalizar el enclave y facilitar un proceso de reconstrucción bajo vigilancia internacional.


Por último, el documento plantea un proceso de reconstrucción financiado con apoyo internacional y supervisado por organismos multilaterales. La idea es restaurar infraestructura básica, hospitales, escuelas y redes de agua y electricidad bajo estrictos mecanismos de control, evitando que los fondos sean desviados hacia fines militares. 


El polémico gobierno de transición


Uno de los puntos más polémicos del plan de Donald Trump es la creación de un gobierno interino para Gaza. El documento establece que “Gaza se regirá por el gobierno transitorio temporal de un comité palestino tecnocrático y apolítico”, bajo la supervisión de un nuevo organismo internacional de transición denominado Junta de la Paz, presidido por el propio Trump, junto a otros líderes mundiales.


Según la propuesta, ese comité gestionaría la administración diaria: servicios públicos, municipalidades y coordinación operativa en el enclave. Estaría integrado por palestinos cualificados y expertos internacionales no identificados, y Hamás quedaría expresamente excluido de la gobernanza. La Junta de la Paz administraría la financiación para la reconstrucción hasta que “la Autoridad Palestina haya completado su programa de reformas”.


La controversia se intensificó al conocerse que Tony Blair, ex primer ministro británico, figura entre los integrantes propuestos. A fines del mes pasado se reunió con Donald Trump en la Casa Blanca, y el Tony Blair Institute, centro de estudios de la ex autoridad, informó de múltiples contactos con actores de la reconstrucción posguerra, elevando su perfil como posible coordinador.


Críticos señalan que la trayectoria de Blair genera desconfianza por la historia del imperialismo británico en la región y, en particular, por su rol en la invasión de Irak de 2003, sustentada en afirmaciones de armas de destrucción masiva que resultaron ser falsas. Ese antecedente, advierten, podría restar legitimidad local e internacional al esquema transitorio propuesto para Gaza.


La presión sobre Hamás


Hamás enfrenta la disyuntiva de aceptar el plan o arriesgarse a una ofensiva israelí con apoyo estadounidense. El propio Netanyahu advirtió que, si el grupo bloquea la propuesta, Israel continuará sus operaciones hasta “terminar el trabajo”. El dilema se plantea como la opción entre una salida pactada o una conquista militar completa de Gaza.


En el plano interno, Netanyahu debe enfrentar la presión de sus socios más radicales, que promueven asentamientos en Gaza y rechazan el acuerdo. Sin embargo, cuenta con respaldo suficiente en el parlamento gracias al apoyo de la oposición. La liberación de rehenes reforzaría su posición política y alimenta especulaciones sobre un adelanto electoral en 2026.


El gobierno palestino en Cisjordania respaldó la iniciativa y prometió implementar reformas. “No demoremos ni un minuto más en hacer lo necesario para que esta paz justa sustituya a la insoportable realidad actual”, dijo Riyad Mansour, embajador palestino ante la ONU. Desde el inicio de la guerra, el 7 de octubre de 2023, más de 66.000 palestinos han muerto en la Franja, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.

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