Parisi reordena la carrera presidencial: Quién logrará capturar su voto bisagra

El sorpresivo desempeño de Parisi dejó a José Antonio Kast y Jeannette Jara disputándose un voto difícil. Un electorado cansado de la política tradicional, desconfiado de las élites y poco dispuesto a obedecer órdenes partidarias.

17-11-2025

“Yo no ando firmando cheques en blanco a nadie (…) Les tengo una mala noticia a Kast y Jara. Gánense los votos, gánense la calle”, con esas palabras el candidato presidencial del Partido de la Gente (PDG) , Franco Parisi, cerró su campaña. El economista nuevamente dio la sorpresa y terminó tercero en votos, con 19,71% de las preferencias, convirtiéndose en espacio de disputa entre quienes pasaron al balotaje.


Fuera de cualquier medición, y considerando el regreso del voto obligatorio, el economista demostró otra vez que encarna un votante que no figura en el radar de los colores políticos y que logró sintonizar con un electores alejados de las etiquetas ideológicas. 


Kast y Jara al acecho 


El reto inmediato para Jeannette Jara y José Antonio Kast es idéntico: lograr conquistar al electorado de Franco Parisi. No será una misión sencilla. Parisi vuelve a instalarse como un actor disruptivo, con un votante volátil pero consistente en su magnitud, y con un PDG cuyo nivel de disciplina interna es incierto.


Desde el propio entorno del líder del PDG, reconocen que transferir esos votos a una sola alternativa es prácticamente imposible. Pablo Maltés, ex candidato a diputado por el distrito 12 y parte del comando, lo resume así: “Es complejo realizar un traspaso total de los votos a una sola opción”. 


Según explica, cualquier definición partidaria tendrá que resolverse internamente: “Tendremos que concordar democráticamente la posición: si apoyamos, a quién apoyamos y por qué lo haríamos”, afirma, advirtiendo que hay “un sinfín de factores en juego”.


Donde Maltés es más categórico es en la lectura del votante no militante de Parisi. A su juicio, lo que guía a ese electorado es “el hartazgo con la élite política”, una molestia acumulada —dice— frente a “35 años de binominalismo” y una “casta política (…) que manipula con encuestas, con expertos electorales que moldean el curso de la historia”.

Esa desafección, sostiene, es tan profunda que el dilema entre Jara y Kast es percibido como un “falso dilema”. Maltés argumenta que, en lo estructural, ambos representan la continuidad del mismo modelo: “El modelo de desarrollo neoliberal instalado desde la dictadura se ha mantenido intacto con Piñera, sin Piñera, con Bachelet, con Lagos…”. Y es allí, plantea, donde se juega el verdadero punto de inflexión para los electores de Parisi.


Para el director de Azerta y analista político, Camilo Feres, el fundador del PDG vuelve a ocupar una posición estratégica. “Franco Parisi tiene la llave de esta conversación”, advirtió a Turno PM, subrayando que el verdadero enigma no es solo qué hará el excandidato, sino cuánto durará la adhesión interna. En su análisis recuerda que, el ciclo anterior, el movimiento no logró sostenerse detrás de su figura: “La última vez se diluyó como raya en el agua y no duró mucho dentro del liderazgo”.


Feres también pone el acento en la resiliencia electoral del economista, un fenómeno que se repite desde 2013: “No hay que restarle mérito a Franco Parisi. Esta es tercera vez que se presenta a una elección, que logra ser un candidato creíble en un espectro de votantes que le han sido relativamente fiel”, afirma. Aunque ese electorado no necesariamente sea idéntico elección tras elección, agrega, lo cierto es que le han comprado tres veces la misma oferta”.


Así, mientras ambos comandos presidenciales afinan sus estrategias para atraer a un electorado esquivo, la gran incógnita es si Parisi volverá a transformarse en un actor bisagra —y por cuánto tiempo— o si su influencia terminará, otra vez, evaporándose en el camino.


Se consolida el PDG


Durante las elecciones de 2021, donde Franco Parisi también fue la tercera mayoría presidencial, el PDG ingresó al Congreso con 6 escaños. Sin embargo, esa base comenzó a fragmentarse rápidamente por una serie de diferencias internas, y en un momento dado el partido quedó sin representación debido a renuncias y expulsiones. De no ser porque Pamela Jiles se sumó a la tienda a fines de agosto, el PDG actualmente no tendría diputados.


El primer quiebre de ese entonces fue en menos de un año con la salida de Yovana Ahumada (PSC), Víctor Pino (Demócratas) y Roberto Arroyo (PSC), tras conflictos con la directiva. En 2024, Rúben Oyarzo (PR) también abandonó el PDG, Gaspar Rivas (Independiente) fue expulsado tras negociaciones para formar parte de la directiva de la Cámara, y finalmente Karen Medina (Independiente) fue la última parlamentaria en renunciar a su militancia.


No obstante, en estas elecciones 2025, más allá de las dudas que generaron las rupturas del período anterior, el PDG renovó rostros y consiguió el doble de cupos. En Valparaíso fueron electos Javier Olivares (distrito 6) y Juan Marcelo Valenzuela (distrito 7); en la RM, Cristián “Dr. File” Contreras (distrito 8), Tamara Ramírez (distrito 9), Zandra Parisi y Pamela Jiles (distrito 12); y en el sur, Guillermo Valdés (distrito 17, Maule), Patricio Briones y Lilian Betancurt (distritos 20 y 21, Biobío), Flor Contreras (distrito 23, La Araucanía) y Alex Nahuelquin (distrito 26, Los Lagos).


Detrás de estos resultados, Pablo Maltés explicó que el panorama abría la puerta para el PDG. “El interés de la élite política, la casta, la partidocracia, ha sido siempre tener dos bloques hegemónicos que se turnen en el poder, como lo han hecho sin excepción. Y este gobierno de Boric parecía que iba a ser la excepción, que venía algo distinto con el Frente Amplio y la socialdemocracia, pero no. El gobierno de Boric fue extremadamente desastroso y además fue continuidad de Piñera”, analizó


Por lo mismo, el periodista celebró las victorias de los candidatos PDG: “Tener 14 parlamentarios, más otros que no están alineados con los dos bloques hegemónicos, es clave para la democracia. Necesitamos más participación, más diversidad, más representantes genuinos. Estos pueden dirimir cuestiones clave del proceso legislativo según los intereses populares, no de la élite o la fronda política chilena. Y creo que la gente estará feliz de eso”, opinó.


Respecto a si podrán mantener esta posición en el Parlamento, a diferencia del período anterior, Maltés afirmó que “con la experiencia adquirida, creo que nos va a ir bien. Me parece virtualmente imposible que ocurra algo parecido a lo del periodo pasado. Conozco a quienes ganaron, y son personas inteligentes, vinculadas con el pueblo, con sus territorios. Entienden el peso ético y político de la representación”.


Ni facho ni comunacho


La oferta de Parisi parece ser efectiva aún cuando las encuestas no logran anticiparlo, ya que la mayoría lo mostraba cayendo hasta el quinto lugar de preferencias. La realidad fue que el candidato fue la primera opción en 4 regiones: Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama. “Decirle fuertemente a los terroristas de la encuesta, como Alberto Mayol: qué vergüenza Mayol, qué vergüenza la Cadem, qué vergüenza Valdivieso. Nos manipularon las encuestas. De hecho yo creo que perdimos bastante con esto que decían que era voto perdido”, acusó tras asumir que no pasaría al balotaje.


Fiel a su lema de “ni facho ni comunacho”, agregó que “nosotros no creemos que es bueno que se siga repitiendo en sus eventos ‘el que no salta es Paco’, o bien que se cante la tercera estrofa, o bien que se haga una apología tanto a Allende como a Pinochet. Eso no representa a Chile, eso no es ser bueno, eso no es ser político, eso no es ser dirigente”.


Según explicó Aldo Mascareño, investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP), en entrevista con Turno En Vivo, el candidato del PDG engancha principalmente con “un grupo que ha venido consistentemente adaptándose a las reglas del mercado, creciendo en ese espacio, y teniendo un relativo éxito, no un éxito total”. En ese sentido, apuntó a que “Parisi es una figura simbólica de ese éxito, de ese ascenso, de esa posibilidad de llegar a un estado en el que uno pueda tener una posición autónoma y satisfactoria en este escenario tan difícil”.


Mascareño situó al economista en un “centro excéntrico”, lo que definió como un espacio que “no es ideológico, es un centro de personas más bien indiferentes frente al tipo de régimen de gobierno”.


Pablo Maltés señaló que, más que la figura de Franco Parisi, “el PDG lo que tiene es conexión con la gente común y corriente, que no es representada por la élite (...) Franco viene de antes, Pamela también, pero ahora hay trece parlamentarios más que vienen prácticamente del anonimato, gente con vínculos en sus territorios, que pertenecen a la gente. Hay representación popular real”.


Además, el periodista también coincide en las críticas del economista a las consultoras, subrayando que “creo que es indudable que hubo una operación política. No puede ser que Mayol insistiera en que Franco tenía 2, 3 o 4%, y lo exhibiera con una metodología que cualquiera podría creer impecable. Pero la realidad demostró que era una operación para impedir que un candidato obtuviera los votos que naturalmente le correspondían”.


Por su parte, Camilo Feres comparó el estilo de Parisi con el del ex jugador y comunicador deportivo Eduardo Bonvallet: “Tenía ese mismo talento, que es conectar con la gente que tenía mucho enojo, mucha rabia porque había perdido la selección. Él daba las recetas de cómo había que hacerlo, y de repente la gente empezaba a decir ‘bueno, ¿y por qué no le pasan la selección?’. Si uno se hacía la pregunta, no tenía ninguna credencial más que haber conectado y empatizado con la audiencia para tomar una empresa como la selección, y sin embargo la gente igual lo pedía”.


De igual forma, sobre adónde irán a parar esos votantes que ha conquistado el economista, Feres proyecta que “va a ser una subasta”. El analista argumentó que “lo que ha pasado históricamente con la votación de Parisi es que se distribuye entre las distintas ofertas. Incluso la vez anterior que hizo una encuesta por Twitter con su partido y decidieron apoyar a José Antonio Kast, los análisis muestran que su votación se inclinó 60-40 a favor de Boric. ¿Puede de ahí uno colegir que es un electorado que es más propenso a votar de izquierda? No, porque no hay que olvidarse que en ese momento Gabriel Boric era cambio, no continuidad”.

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