La nueva estrategia de Kast: apuntar a la moderación para calmar las expectativas

El republicano ganó las elecciones prometiendo un “gobierno de emergencia” y con fuertes críticas a la gestión de Boric. Pero, tan solo horas después de imponerse el balotaje, reescribió su personaje, llamando a acuerdos, a respetar las instituciones y destacando el trabajo de ex presidentes, algo nunca visto durante su campaña.

22-12-2025

La nueva estrategia de José Antonio Kast tras su triunfo en segunda vuelta apunta a un giro cuidadosamente calculado: moderar el tono, bajar la épica confrontacional y administrar las expectativas que su propia victoria despertó.


Lejos del discurso identitario y de la “batalla cultural” que marcó sus campañas anteriores, el presidente electo ha optado por proyectar una imagen de sobriedad, orden y responsabilidad, consciente de que el respaldo obtenido en las urnas no equivale a un cheque en blanco para cambios abruptos.


En la búsqueda de un tono 


La campaña de José Antonio Kast en 2025 fue diametralmente opuesta a sus 2 intentos previos por ocupar el sillón de La Moneda. Si antes —dispuesto a dar las peleas morales y valóricas que, según él, había abandonado la “derechita cobarde”— había propuesto eliminar el Ministerio de la Mujer, derogar la ley de aborto en 3 causales y poner a un profesor de Religión en cada escuela pública, esta vez dejó todo eso de lado.


El Kast que llegó a la presidencia es uno que hizo del silencio su herramienta principal. El grueso de su propuesta se basó, esta vez, en seguridad, economía y migración, todo anclado a su relato de un “gobierno de emergencia” que vendría a sacar a Chile de la crisis profunda en que estaría.


Solo presionado por Jeannette Jara en una segunda vuelta tensa y adversarial, Kast asumió un tono más confrontacional y directo hacia su rival. Siempre, en todo caso, apuntando sus dardos contra el “mal gobierno” actual y a Jara como la heredera de esta administración. De la “batalla cultural” siguió sin haber rastro.


Ahora, instalado desde la dulce posición de presidente electo, con el apoyo directo de más de 7 millones de votantes, el líder republicano dio señales de moderación desde su primer discurso, en la noche del triunfo, con un tono más institucional del de costumbre.


Ahí, pidió “diálogo, colaboración y altura de miras” a la futura oposición, recordó en un tono conciliador a los ex presidentes de la República y convocó “a que construyamos un país en unidad”.


En esa misma línea, consultado sobre si va a buscar acuerdos con los demás sectores políticos en entrevista con Teletrece, Kast señaló que “para mejorar la seguridad necesitamos acuerdos con todos los sectores que quieran seguridad para Chile”, una posición radicalmente opuesta a la que mostró durante sus 16 años en el Parlamento.


Al mismo tiempo, solo 2 días después de ser electo, el ex parlamentario UDI grabó un video con Javier Milei en el que aparecía su clásica motosierra, una grabación a la que le bajó el perfil en la conversación con Teletrece: “(Lo hice) porque es el símbolo del presidente Milei, es un valor simbólico”.


El cientista político Davor Mimica aseguró a Turno PM que “las señales que ha mostrado han sido ambiguas. Su discurso fue definitivamente muy moderado y moderador respecto a lo que fue la campaña, que ya había sido moderada y moderadora con respecto a lo que había sido la campaña anterior, pero horas después apareció en Argentina con la motosierra de Milei”.


En ese sentido, según Mimica, hay bastantes escenarios respecto a cómo será el futuro gobierno de la ultraderecha: “Yo no sé si tiene completamente claro el gobierno que quiere tener, sobre todo porque las decisiones al respecto han sido tomadas en relación al escenario legislativo que dejó la primera vuelta”.


“El gobierno de Kast habría sido muy distinto si entre Republicanos y Chile Vamos hubiera mayoría legislativa en ambas cámaras, mucho más agresivo”, aseguró. “Como no es así, si quiere lograr algo necesitaría un gobierno menos estridente, un poco más pobre y más dedicado a la gestión que a la guerra cultural”.


Dicho eso, Mimica recordó que “todo lo que hemos visto son palabras y simbolismos”. “Los primeros hechos los vamos a empezar a ver con el nombramiento del gabinete”, manifestó.


En esta búsqueda del tono que el republicano ocupará para gobernar, el analista político pone el acento en quién asumirá la vocería a partir de marzo, con 2 candidatos principales lanzados a la carrera: la actriz y periodista Mara Sedini, quien actúa como vocera de la Oficina del Presidente Electo (OPE), y el ex convencional constituyente Martín Arrau.


“Las alternativas que tiene son muy discordantes. Hay una alternativa que viene desde Sin Filtros, que ha construido toda su carrera política en torno a la guerra cultural, y otra alternativa que es mucho más de gestión y de experiencia”, apuntó. “Si la vocería va a ser de Sedini o de Arrau, eso va a dar un tono, un carácter, un color y un lenguaje al gobierno que va a ser muy distinto”.


Por otro lado, Camilo Feres, analista político y director ejecutivo de Descifra, planteó a Turno PM que “José Antonio Kast ganó con una mayoría abultada en segunda vuelta, pero los votos que tuvo como primera opción no son tan mayoritarios. Por lo tanto, tiene que solidificar una base electoral que es más blanda. Son votos más bien prestados y, en este período, él puede convertirlos en parte de su electorado o puede perderlos muy rápidamente. Esa ha sido más o menos la tónica de casi todos los mandatarios hasta ahora”.


A su análisis, sumó que durante estos días Kast está en “una especie de luna de miel anticipada”. Argumentó que “son pocas las imágenes —como la motosierra u otras— que le vayan a generar un gran daño. Lo están administrando de una manera razonable. Montó la oficina del presidente electo, ha tomado acciones para alejar esas dos caricaturas, la de Milei y la de Trump”.


El peso de las expectativas


“No nos pidan milagros”. Con esa frase, pronunciada durante su extenso primer discurso como presidente electo, el pasado domingo 16, José Antonio Kast pareció moderar las expectativas que él mismo creó en campaña. "Nosotros no hacemos magia, todos sabemos que vamos a pasar un año complejo", señaló algunos días después.


Durante su primera semana como presidente electo, el republicano ha intentado que las definiciones que entregó durante la carrera presidencial converjan con el peso de la realidad y lo que efectivamente podrá realizar desde su oficina-habitación en La Moneda.


No obstante, las promesas son muchas: en campaña, Kast estableció una cuenta regresiva para que los inmigrantes se vayan una vez asuma el gobierno, prometió recortes fiscales importantes a la vez que aseguró que no se tocaría ningún programa social, se comprometió a despedir a los “operadores políticos” del sector público, anunció más empleos, bajar la inflación, solucionar los problemas de seguridad que tiene el país y, a la vez, aseguró que “van a sorprender” con su gestión.


“Nadie cree que podamos hacer todo en un día, pero sí tenemos un plan de 90 días donde queremos mostrar una diferencia”, señaló la noche del domingo, en entrevista con Teletrece.


“La expectativa no cumplida es algo que se te da vuelta rápidamente. Cuando Boric entró en el gobierno y se dedicó a esperar el plebiscito, y lo poco que hizo lo hizo mal, perdió buena parte del apoyo prestado que tenía y nunca lo recuperó en todo el gobierno”, recordó Mimica. “Eso es lo que va a pasar muy rápido si Kast no da señales bastante fuertes”.


De acuerdo con su análisis, Kast aprovechó el discurso de triunfo para modificar su tono, y tiene cierto espacio para “cumplir menos promesas”, pero para eso necesita tener una transición en el discurso donde explique claramente cuáles son los caminos, “por qué si antes dijo algo, ahora está haciendo esto otro”.


Por su parte, el director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo, Gonzalo Müller, aseguró a Turno PM “que haya alta expectativa no explica que se espere un resultado inmediato, pero sí señales concretas”, sobre todo en materia de seguridad durante los primeros 90 días.


Según el analista político, Kast “juega un poco con los dos conceptos”. Por un lado, busca moderar las expectativas al advertir que los cambios no serán “de un día para otro”; y por otro, compromete que “se van a notar las señales de cambio desde el primer día”, para instalar la idea de un giro en el rumbo y en la política pública.


De todas formas, Feres acotó que “el electorado históricamente puede ver satisfechas esas expectativas, pero eso no quiere decir que ahí se agoten. Se abre un panorama nuevo, vienen nuevas demandas, vienen nuevas realidades, y cómo se comporte frente a esas es probablemente donde se va a jugar el partido de lo que vaya a hacer su gobierno”.


El sillón de O´Higgins


Todavía está por verse si el cambio de Kast es símbolo de su genuino deseo por “gobernar para todos” —como anunció en su discurso triunfal— o si es parte de una búsqueda estratégica por encontrar un tono adecuado para su administración. Lo que es claro es que convertirse en la máxima autoridad de la República tiene una impronta específica, que viene acompañada por lo que Gabriel Boric definió como “la soledad del poder” y la responsabilidad de tomar decisiones a menudo difíciles.


En su propio discurso tras vencer al republicano en 2021, el actual mandatario también planteó desde el primer momento una lógica de ampliación, poniendo el foco en la participación sin distinguir bandos, aclarando que “no importa si lo hicieron por mí o por mi contrincante”, y explicitó que, pese a las diferencias con José Antonio Kast, habría que “construir puentes” para que el país “pueda vivir mejor”, en una señal temprana de que gobernar no es prolongar la campaña sino asumir el costo de la representación total.


Durante los próximos años sabremos si la pesada carga de la presidencia modifica lo que ha sido una carrera política marcada por el conservadurismo radical y la férrea oposición a otra clase de ideas. En el intertanto, Kast dio muestras de comprender la nueva etapa que iniciaba y en su discurso triunfal reconoció a sus antecesores en el cargo: “Le quiero agradecer, aunque está claro que no compartimos los mismos ideales, al ex presidente Lagos, al ex presidente Aylwin y a la ex presidenta Bachelet. Aunque ustedes no lo crean, también creen en Chile", dijo. “Y en esto, un homenaje muy especial al presidente Sebastián Piñera”.


En este escenario, Gonzalo Müller enfatiza que “es natural el cambio de curso desde la competencia electoral a la aspiración que el propio presidente electo Kast hizo en su discurso el domingo 14 de diciembre”. 


Además, el académico sostiene que “eso explica señales importantes, como cuando dice que hay que respetar a la oposición, pero avanzar en acuerdos, cosas que nunca dijo como candidato, pero que hoy día, obviamente, con la responsabilidad del cargo, valora y cree que son correctas”.

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