"La evasión informativa no es flojera, es autodefensa en salud mental": La columna de Javier Riveros
"El verdadero beneficio es recuperar la confianza y la conexión con una audiencia que quiere estar informada, pero no intoxicada", escribe el columnista para Turno PM.
El Informe Nacional 2025 sobre Consumo de Noticias y Evaluación del Periodismo en Chile —realizado por la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso junto a Feedback— confirma algo que en las oficinas de editores muchos prefieren ignorar: el público está apagando la televisión no porque haya perdido interés en la actualidad, sino porque ya no soporta la forma en que se la contamos.
Los informes del Consejo Nacional de Televisión lo retratan con nitidez. Más de la mitad de los chilenos dice que la TV abierta muestra “demasiada violencia delictual”, y casi la mitad percibe que se explota el dolor ajeno o se exagera para generar pánico. A eso se suma un clima de desinformación. Tres de cada cuatro personas han visto noticias falsas en redes sociales, la mitad en noticieros y cuatro de cada diez en matinales. La confianza se refugia en la radio, un medio que conserva sobriedad y credibilidad.
Cuando se revisa la pauta, la evasión se entiende, ya que entre agosto y noviembre de 2024, cuatro macrotemas —policial/judicial, política, deportes e internacional— acapararon casi tres cuartas partes del tiempo en los noticieros centrales. El policial/judicial solo se llevó un tercio, con los delitos sexuales como subtema dominante, impulsados por los casos Monsalve y Valdivia.
Cada canal elige su sesgo. Teletrece (Canal 13) lidera en policial/judicial e internacional; CNN Prime rompe la tendencia y dedica casi la mitad a política; Meganoticias Prime también refuerza ese foco; CHV se vuelca al deporte. En los matinales, la repetición es idéntica. Todos con un tercio o más en policial/judicial, con Tu Día superando la mitad. Temas como salud, transporte o emergencias aparecen apenas como relleno.
La teoría de la agenda setting explica que los medios no solo definen sobre qué pensamos, sino también cómo pensamos sobre ello. Y cuando un país es retratado día tras día como un campo minado de asaltos, violaciones y corrupción, eso es lo que se instala en la mente colectiva, desplazando todo lo demás.
Pero hay alternativas. The Clinic contó la historia de “Buenas Noticias”, un noticiero viral en Instagram que cambió la pauta: reemplazó la crónica roja por relatos positivos y alcanzó 160 mil seguidores en dos meses. No solo derribó el escepticismo, sino que se transformó en un espacio donde la gente pudo contar y soltar lo que llevaba guardado. Un noticiero que no solo informaba, sino que cuidaba.
El verdadero beneficio es recuperar la confianza y la conexión con una audiencia que quiere estar informada, pero no intoxicada. El CNTV ya hizo el diagnóstico. Ejemplos como “Buenas Noticias” muestran el tratamiento. Ahora la pregunta es si la industria está dispuesta a aplicarlo o seguirá empujando a sus audiencias a buscar oxígeno… en otra parte.