Kast y la Operación Sitio 3.0: promesas grandes, casas chicas y barrios sin futuro

Columna de Santiago Castillo: "Kast prometió en el Foro Social Presidencial 2025 construir 500 mil viviendas mientras reduce drásticamente el gasto público. Esta combinación abre una pregunta incómoda: ¿Cómo se puede duplicar el ritmo de construcción sin afectar el tamaño, la calidad o la ubicación de las viviendas? Cuando se recortan costos sin fortalecer la capacidad del Estado, las más afectadas son justamente las familias que soñaban con su casa propia".

09-12-2025

José Antonio Kast prometió en el Foro Social Presidencial 2025 construir 500 mil viviendas mientras reduce drásticamente el gasto público. Esta combinación abre una pregunta incómoda: ¿Cómo se puede duplicar el ritmo de construcción sin afectar el tamaño, la calidad o la ubicación de las viviendas? La historia reciente nos muestra que, cuando se recortan costos sin fortalecer la capacidad del Estado, las más afectadas son justamente las familias que soñaban con su casa propia.


Porque no se trata solo de números. Una vivienda estrecha, mal aislada y construida con materiales baratos condena a una familia a décadas de hacinamiento y también condena el destino del nuevo barrio. Cuando las casas son pequeñas y los niños crecen sin espacios seguros para jugar o estudiar, y sin áreas comunes donde las familias puedan encontrarse, el “ahorro” estatal termina convirtiéndose en un costo social enorme justamente para los hogares más pobres.


A esto se suma otro riesgo evidente: volver a empujar a las familias hacia fuera de las ciudades, bajo la lógica del subsidio de adquisición de terreno que Kast llama “Operación Sitio 3.0”. Chile ya vivió las consecuencias de urbanizar donde no hay servicios, ni transporte, ni empleo, ni áreas verdes. Las personas terminan invirtiendo horas en transporte y pierden calidad de vida solo por haber sido “convidadas” a vivir donde el suelo es más barato. Ese modelo fracasó hace décadas, no hay razón para repetirlo.


Chile necesita casas bien hechas, bien ubicadas y pensadas para durar dentro de barrios seguros, no soluciones apresuradas. Si vamos a hablar de emergencia, la verdadera urgencia es no retroceder en calidad. Si algo enseña nuestra historia es que la vivienda social no puede volver a ser una política de mínimos. Por el contrario, debería ser una política de derechos.


Por Santiago Castillo, historiador y presidente de la Junta de Vecinos de Lo Hermida, Peñalolén.

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