Investigador Faro UDD sobre disputa de liderazgos en la derecha: “Kaiser ya ganó”

Rodrigo Pérez de Arce, en entrevista con Turno PM, ahondó no solo en la particular irrupción del candidato libertario, sino que en los motivos que llevaron a Evelyn Matthei a ser una de las decepciones de la carrera presidencial, cuando partía como la mejor posicionada hasta hace un año.

14-11-2025

Con el periodo de campaña oficialmente cerrado y a solo dos días de unas elecciones presidenciales con voto obligatorio e incierto resultado, el abogado e investigador asociado a Faro UDD, Rodrigo Pérez de Arce, conversó con Turno PM sobre el complejo mapa de la derecha y de sus supuestas primarias, sobre el ascenso de Johannes Kaiser, la disyuntiva que enfrenta José Antonio Kast para ordenar a su sector y la desilusión que dejó el desempeño de Evelyn Matthei.


Se habla de una fragmentación interna en la derecha en estos momentos, ¿cómo se proyecta gobernabilidad con esta derecha actual?


Creo que hay que concordar algunos mínimos, muy mínimos y muy claros desde el principio, de manera tal que nadie después pueda desentenderse de ellos. Pienso en las dificultades que tuvo el presidente Boric, que tuvo que hacer un ejercicio parecido: subir al barco a muchos partidos a los cuales él no convocaba necesariamente y que, después, cuando los tiene que llamar a formar parte del gobierno, en algún momento reman en contra o lo critican muy duramente. Y esto pasa incluso con partidos que estaban bastante desde el principio con él, me refiero al Partido Comunista, que tensiona la relación con el gobierno, y creo que es el tipo de riesgo que tanto José Antonio Kast como Evelyn Matthei y Johannes Kaiser podrían sufrir igualmente. 

Probablemente la derecha esté dividida entre quienes quieran colaborar con el gobierno, quienes quieran arrimarse a una eventual coalición y quienes quieran elegir el camino propio y marcar distancia con la nueva administración, si es que ese fuera el caso en nuestro país.


¿Usted cree que Chile Vamos todavía tiene espacio para ir por su propio camino?


A ver, como idea general, creo que Chile Vamos es una coalición que se armó para apoyar las candidaturas de Sebastián Piñera. Para eso existe. Y una vez que tú quitas esa razón de ser, tienes que buscar razones más sustantivas para mantenerte en el juego. Y a mí me parece que hoy esas razones no están muy claras, no se han pensado y exigen una introspección muy profunda.

Esto es distinto según el partido. Evópoli es un partido que, al menos en el papel, debiera distanciarse lo más posible de José Antonio Kast. En la elección pasada se terminó sumando a su apoyo, al menos en segunda vuelta. La UDI, en cambio, tiene un desafío más profundo, más ideológico si se quiere, que es preguntarse cuál es la razón de ser del partido una vez que existe José Antonio Kast, que básicamente lo que quiere hacer es retomar el proyecto de la UDI de los años 80.


¿Usted cree que Evelyn Matthei es una mala líder o fue una mala candidata?


Yo diría que se juntaron el hambre con las ganas de comer. Una candidata que aparece de manera más o menos espontánea y que, con la muerte del presidente Piñera, se lanza definitivamente como la candidata de Chile Vamos. Al mismo tiempo, ir liderando las encuestas es un ejercicio complejo y engañoso: puede hacerte pensar que lo estás haciendo todo bien, y no necesariamente es así.

Entonces, tanto errores que ella cometió como errores de su círculo cercano, de los partidos de Chile Vamos y de sus asesores, terminaron minando la posibilidad de que ella liderara. Ahora, esto ya ha pasado varias veces en Chile en tiempos recientes: Jeannette Jara no estaba en el centro de ninguna conversación hace un año, y pensábamos que esta iba a ser una competencia entre Carolina Tohá y Evelyn Matthei. Y en la elección presidencial anterior pensábamos que la competencia iba a ser entre Joaquín Lavín y Daniel Jadue.

Entonces, creo que estamos frente a un proceso de volatilidad que excede por mucho a los candidatos concretos.


¿Cree que, en este punto de la presidencial, incluso sería una especie de “victoria” que Evelyn Matthei quedara en tercer lugar?


Es la opción menos mala dado el escenario, ¿verdad? Pero me parece que una coalición que tenía a la mejor candidata, que tiene la bancada de parlamentarios más grande, que además contaba con la figura de Sebastián Piñera como una especie de “máster” de la derecha, y que tenía todos los temas a favor —seguridad, agenda económica, empleo— termine en esta situación, es llamativo.

Claro, salir tercera es mejor que salir quinta, pero sigue siendo un premio de consuelo. Y ahí va a ser clave ver cuál es la distancia entre los votos que obtenga la lista parlamentaria de Chile Vamos y la votación de la propia Matthei. Si esa distancia es muy grande, la verdad es que los problemas parecen estar más en la candidatura de Evelyn Matthei que en el conglomerado.


Pasando al tema de Kaiser, ¿ qué significaría que Johannes Kaiser quede tercero en esta papeleta? ¿Consideraría que, independiente del resultado final, él ya ganó al posicionarse donde está?


Kaiser ya ganó. El solo hecho de que le esté haciendo sombra a José Antonio Kast es un triunfo para él. Que esté marcando la pauta con sus declaraciones, que irrumpa en el mapa político con un partido nuevo, todo eso ya es un triunfo. Y lo importante de ese triunfo es que cambia los términos del debate.


Empieza a decir cosas y a proponer ideas que parecía que estaban excluidas del debate en Chile: el tema de derechos humanos, la revalorización de la dictadura, entre otras. Él mete en las preguntas políticas asuntos que parecían cerrados.


El hecho de que Kaiser logre posicionarse más a la derecha que Kast, ¿instala a Republicanos como una especie de “nuevo gremialismo” y a la UDI casi como una nueva Concertación?


Es interesante. Lo primero es que Johannes Kaiser es un hijo del proceso que abrió José Antonio Kast. ¿En qué sentido? Kast critica a la derecha por no ser suficientemente de derecha. Pero tenía un problema: una crítica dura, pero no el estilo duro de las nuevas derechas. Entonces quedaba un espacio para que apareciera alguien radical en ideas y en estilo, y eso es Johannes Kaiser.


Creo que Kaiser está en la gran dinámica de querer convertirse en el centro de gravedad de una coalición más grande y prefiere ser el líder de esa coalición que incluye a Chile Vamos, tensionando el espacio político. Intuyo que, dado el escenario actual y dado que siente que está cerca de disputar el gobierno, va a optar por algo más parecido a ser el líder de la coalición, un lugar donde, desde sus propias aspiraciones, se ve más incómodo.


Y también incómoda a los demás, ¿o no?


Para la UDI, en particular, es un problema muy grande. La UDI es un partido muy ideológico en su origen, eso está en su ADN. Entonces, el militante de la UDI siente el llamado de José Antonio Kast y le encuentra sentido, y mira a sus líderes que le hablan de negociar, de alianzas con el centro o con la antigua centroizquierda, y eso le genera ruido.


Pareciera que Parisi engloba más bien ese “centro perdido” de la derecha, que muchos votantes se escapan de Evelyn Matthei hacia Parisi. ¿Estás de acuerdo con eso?


Creo que Parisi representa en algún sentido al centro, igual que Johannes Kaiser. 


No desde lo ideológico, sino desde una ciudadanía que está cabreada, molesta o se siente distante de la política tradicional. Entonces, no es que sean estrictamente de derecha o de centro en cuanto a agenda, pero sí representan una sensibilidad más extendida de lo que uno pensaría.


Porque si sumas los porcentajes de Kast y Parisi, te dan aproximadamente un 30% de los votos. Lo que eso dice es que un tercio del electorado está dispuesto a votar por alternativas que son completamente outsiders, al menos respecto de las dos fuerzas tradicionales. Ese fenómeno es súper llamativo y una de las noticias más relevantes antes de la elección.


Queda por ver si esto es un fenómeno puramente personal, es decir, si depende solo de las figuras de Parisi y Kaiser. Para eso tendremos que ver cómo les va a sus candidatos al Congreso, porque puede ser que simplemente sean ellos los que tienen caudal electoral y que sus proyectos políticos tengan poco peso propio.