Entre ElAntro y YouTube: Cómo se propaga el fascismo en clave rebelde en Chile
El creciente fenómeno de discursos de odio en formato “punk” se ha infiltrado en los foros de internet, donde la ultraderecha encuentra un terreno fértil entre jóvenes descontentos y frustrados que parecieran haber identificado a sus enemigos.
“Porque los clásicos nunca pasan de moda y ningún animal lo había posteado, hagan sus apuestas de cuántos fiambres habrá este fin de semana del 18”. Esa fue la invitación con la que uno de los usuarios del sitio ElAntro instó al resto de sus colegas a adivinar el balance de víctimas fatales que hubo durante las recientes festividades de Fiestas Patrias.
Dentro de la lógica de esta dinámica, al parecer tradicional, los “fiambres” son las personas que perdieron la vida ya sea por “accidentes de tránsito, peleas varias o ‘enriquecimiento’ (asaltos)”. Esas son las reglas de este inquietante juego que se desarrolló en uno de los foros de internet más antiguos de Chile y las apuestas no se hicieron esperar: “50 personas y 10 extranjeros”; “Ojalá sean caribeños todos”; “Que quede la cagá conchetumare”; “¿Los simios color cartón mojado también cuentan como fiambres?”.
Si bien, se trata de anónimos que eligen burlarse de muertes y coexistir dentro de un microclima, al menos, violento, la dinámica puede ser también reflejo de un fenómeno que es más que solo una percepción a estas alturas: la instalación de ideas tradicionalmente ligadas al fascismo como manifestación de rebeldía y contracultura entre hombres jóvenes, mediante un retorcido humor negro y actitudes que buscan ser políticamente incorrectas.
De esta forma, ElAntro se instala solo como uno de los cientos de esos microclimas donde el imaginario de la ultraderecha ha encontrado un refugio para defender valores como el racismo, el antifeminismo, el conservadurismo, el nacionalismo exacerbado o el individualismo. Esto gracias a que los movimientos y partidos de esta ala del espectro político han ido logrando capitalizar el descontento de dicha parte de la población.
Las cifras del descontento
La interpretación del fascismo como una respuesta cultural se ha trasladado a cifras que no se habían tenido en décadas. Por ejemplo, según los resultados de la encuesta Cadem, en su Estudio 5C de Fiestas Patrias, el dictador Augusto Pinochet obtuvo un 10% de preferencias ante la consulta de “¿Cuál es el personaje histórico chileno que más admiras?”, igualando a figuras como Sebastián Piñera y superando a Salvador Allende, Manuel Rodríguez, Violeta Parra, Víctor Jara y Alberto Hurtado.
El fenómeno es relativamente reciente, aunque bastante generalizado en el resto del mundo. Según datos recopilados por un estudio del Financial Times (2024), en Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania, los hombres se han identificado entre un 20% y un 30% más “conservadores” que las mujeres.
La aguja electoral podría tener algunas explicaciones generales como la inestabilidad financiera, la precariedad laboral, las dificultades para independizarse o formar una familia que han desencajado roles sociales y expectativas personales históricamente asociadas a “lo masculino”. De hecho, según otro informe publicado por el European Policy Center: "Ha habido un declive económico bastante importante en términos de ingresos, riqueza, poder adquisitivo, facilidad de acceso a la vivienda y tasas de empleo".
Estas tendencias, que se han ido intensificando con los años, son protagonizadas por hombres menores de 30 años que parecieran estar buscando resolver una compleja crisis de identidad o incluso, carencias emocionales que han ido encontrando respuestas en lo que líderes de la extrema derecha han calificado insistentemente como una “guerra cultural”, donde migrantes y mujeres parecen ser los principales causantes de sus dolencias.
De hecho, en el informe del EPC hay un matiz que cruza lo electoral: "Al mismo tiempo, las mujeres han mejorado. Obviamente, las mujeres partían de una posición mucho peor, pero la tendencia para ellas es positiva, mientras que para ellos es negativa" y eso, podría ser uno de los gatillantes de que hoy el odio, disfrazado de una urgencia por recuperar el orden tradicional, se esté organizando en foros de internet.
Niños enojados
“Qué manera de no saber ni entender nada. No sabes de historia, no sabes de economía... y en vez de aprender, te largas a escribir una sarta de tonteras que no vienen al caso. Eres harto tonta (...) Como dije, tu mayor aporte es tener vagina (...)”, así se refiere otro de los usuarios de ElAntro a una participante del foro “Johannes Kaiser-Candidato presidencial 2025”, durante una especie de debate en torno al sueldo mínimo y políticas públicas, en el que hombres y mujeres se manifiestan de manera violenta. Sin embargo, tanto en ese debate, como en otros dentro del sitio, abundan comentarios como el citado para invalidar la opinión de las mujeres que participan.
De hecho, se puede observar entre los participantes que se identifican como hombres, un patrón argumentativo donde validar la opinión de una mujer es sinónimo de ser “soyero” o “soy boy”, es decir, un hombre percibido como insuficientemente masculino, en referencia a quienes consumen carne de soya como una alternativa vegetariana.
Aunque dichos participantes no son representantes de la totalidad de los miembros del espacio digital, tampoco se trata de un caso aislado, ni en dicho portal, ni en las plataformas donde se esparcen y comparten ideas de ultraderecha.
Como dice la periodista y ex diputada española, Marga Ferré, más que una ideología gregaria, la ultraderecha “es una reacción a cómo ciertos sectores subalternos les están desafiando”, tal como señaló en entrevista con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Se trataría entonces de una respuesta, por un lado, de “férrea defensa a los valores occidentales neoliberales y, por otro, a una poderosa crisis de identidad que habrían generado la irrupción de movimientos que abogan por derechos sociales de las minorías, siendo uno de los más insidiosos, el feminismo (...) No puede haber capitalismo igualitario, eso no existe, el capitalismo es desigual per se. La extrema derecha es racista y antimujer. Es su razón de ser”.
Ferré también plantea que este odio y violento antifeminismo expresado desde el anonimato de internet, hoy en día está camuflado en la esfera pública: “El discurso de ultraderecha no nombra al odio contra las mujeres, no culpa abiertamente a las mujeres, dirige sus dardos contra el Estado o los migrantes, pero en la esfera anónima de las redes sociales, el super yo masculino, se canaliza en el antifeminismo”.
Hay una escena local muy reciente que refleja esta idea. El pasado 13 de septiembre el influencer Emiliano Fernández, dueño del canal de YouTube La Mano Invisible, organizó un panel para analizar el primer debate presidencial televisado junto al candidato presidencial Johannes Kaiser, Cristián Labbé, diputado del Partido Nacional Libertario (PNL); Pier Karlezi, panelista recurrente de Sin Filtros y Radio Agricultura; y Paulina Carvajal, encargada de deporte y bienestar en el equipo programático de Kaiser.
El programa especial duró poco más de dos horas y en todo ese tiempo Paulina Carvajal intervino solo cuatro veces en la conversación. Ninguna de sus intervenciones duró más de tres minutos y en dos de esas ocasiones fue interrumpida por Johannes Kaiser. La única excepción fue casi al final, cuando le dan un espacio para hablar sobre el programa de deportes que ella encabeza, donde pudo hablar 5 minutos y 33 segundos repartidos en dos tandas de menos de 3 minutos, porque fue interrumpida por Labbé, Fernández y Kaiser, quienes bromeaban con no hacer mansplaining, cuando los espectadores pedían que no la interrumpieran. Acto seguido, comenzaron a hablar ellos sobre deporte.
No hay ideología
Hay una importante diferencia entre lo que ocurrió en el panel de La Mano Invisible y las dinámicas violentas de ElAntro, porque las plataformas de internet no son necesariamente espacios de debate ideológico u organización política. Las redes sociales más bien han funcionado como un amplificador que la extrema derecha ha utilizado para la proliferación de sus discursos, los cuales resultan peligrosamente atractivos para jóvenes frustrados o carentes de una comunidad.
Ferré lo plantea bien: “La explicación mainstream del ascenso de la extrema derecha, es que se debe a la manipulación de ideas, información y fake news en redes sociales, como si hubiera una relación directa entre la manipulación en redes sociales y el crecimiento de la extrema derecha, pero esto no es verdad. No es una causa efecto. Ya existe la extrema derecha (...) y prueba de ello es que las mujeres también usan redes sociales y ellas (mayoritariamente) no votan a la extrema derecha, porque no ven esos mensajes, no los eligen. Los seguidores de los influencers de extrema derecha, en su mayoría, son hombres”.
Un enfoque complementario es el del psicólogo Álex Letosa, quien a inicios de abril planteó a Infobae que los discursos de ultraderecha “ofrecen respuestas muy simples a preguntas complejas ya que ellos te dicen a quién culpar. ¿Te sientes excluido?, pues te dan un grupo al que pertenecer. ¿Te da miedo el futuro?, pues te dan seguridad y orden”.
El experto agregó en su análisis que, en el caso de los adolescentes, “su cerebro busca emociones intensas y se mueve por el impulso, el odio, la rabia. El ‘nosotros contra ellos’ les engancha mucho. Son emociones fuertes y adictivas. A esto se suma el poder de las redes sociales, que funcionan con algoritmos que premian lo polémico”.
Al hacer una revisión de las dinámicas dentro de sitios como ElAntro es posible notar que no se debaten ideas, no se discuten perspectivas o pensamientos. Pareciera más una competencia de quién puede ser más hiriente, agresivo, soez, astuto o a quien le importa menos quedar mal por algún comentario que nadie se atrevería a decir en público. A eso se suma, que esa actitud va de la mano con una especie de conservadurismo “rebelde”, donde el alcohol, las drogas y el libertinaje son fuertemente criticados, asociados a lo mainstream, al sistema y a las izquierdas.
Un ejemplo puntual fue lo que dijo un usuario en el chat en vivo de ElAntro. Turno PM, bajo el perfil de un miembro más del sitio, preguntó por la dinámica de apuestas sobre los “fiambres del 18” y la respuesta fue violentamente tajante: “Porque la gente sigue siendo gente, y muchos manajarán bajo la influencia del alcohol. Ojalá todos ellos tengan una muerte lenta y con mucha agonía. Mucho mejor si mueren solos, chocando contra un árbol o una muralla”.
Se podría inferir que su molestia es con los conductores irresponsables que se han llevado vidas por manejar bajo los efectos del alcohol, pero la alevosía y el odio que transmiten ese tipo de comentarios, lleva la indignación a otro plano, uno que la ultraderecha aprovecha efusivamente en nombre de la libertad y las buenas costumbres.
El balance final de Carabineros arrojó un total de 23 muertos en accidentes de tránsito y 22 por homicidios. Se trata de la cifra más baja en 5 años respecto a los fallecidos por imprudencias viales y una disminución del 40,5% respecto a quienes fueron asesinados en el contexto de las festividades. No hubo ningún fiambre, solo personas.