De lo electrónico a lo acústico: El significado del Tiny Desk para Rubio
La artista logró con creces traducir su propuesta electrónica a un set acústico para el escenario minimalista de la National Public Radio en Washington DC. El resultado fue un show íntimo que sorprendió por su solidez y emotividad, proyectando la propuesta de Fran Straube a una audiencia internacional sedienta de pop Latin Alternative.
“Nunca había cantado así en mi vida”, ha afirmado Fran Straube, cabeza del proyecto musical Rubio, en la gran mayoría de entrevistas que ha dado tras su aclamado paso por el Tiny Desk de la National Public Radio (NPR) de Estados Unidos, espacio icónico que ha recibido a artistas de todo el mundo y que ha abierto ventanas a la consagración para las propuestas más independientes.
La participación de la chilena no fue casualidad. Como ella misma ha expresado en diversas ocasiones, el llamado de la curadora oficial del Tiny Desk llegó tras ver un show y haber sido recomendada, ya que desde hace años ha estado instalándose en los charts del Latin Alternative, categoría que ha tomado fuerza en el norte del continente y en el que Rubio se posiciona como uno de los principales referentes.
Vale la pena ponerle atención a la propuesta acústica de la connacional, considerando que desde el inicio Rubio se ha destacado por su sonido electrónico, cargado de diseño sonoro y efectos que potencian la construcción melódica y armónica de sus canciones, siendo un sello característico de su discografía. Sin embargo, la apuesta está vez tuvo su prueba de fuego al verse obligada a adaptar su sonido a los estándares unplugged del espacio musical estadounidense, corriendo el riesgo de cojear en el camino o consolidar una propuesta que desde hace años, ha tenido mucho que aportar al catálogo latinoamericano del pop alternativo.
Tras confirmar su presentación, Straube decidió armar su equipo titular con músicos que han sido clave en el desarrollo de su carrera: Lego Moustache (ex Astro), Rafael Durand, Mike Hernández y Pablo Stipicic, icónico productor nacional (Pablo Chill-E, Paloma Mami, Princesa Alba, Gepe, Javiera Mena, Nicole, etc.) y destacado músico, quien por primera vez se animó a subir al escenario tras ser durante años uno de los artífices “en la sombras” del sonido de Rubio.
Pese a la incertidumbre y las ansias iniciales, la performance superó las altas expectativas de quienes conocían de antemano el trabajo de la chilena. Sin click (guía sonora del tempo en vivo para los músicos), sin efectos, sin maquillaje: a cara lavada, la agrupación chilena logró una sonoridad impecable y conmovedora, que no solo retuvo, sino que reinventó su propuesta alternativa a punta de armonías vocales y cuerdas en un formato inédito.
Una sólida línea de bajo a cargo de Hernández y un groove funky de batería a cargo de Lego, dieron el pie inicial para Hacia el Fondo, el tercer track de su álbum debut Pez (2018), con el que decidieron abrir su show para el Tiny Desk. Alejado de la vibra eléctrica de su versión de estudio, la canción abrazó un sonido muy “tocado”, con el agregado de una sutil y grata referencia al riff principal de Black Magic Woman, de Carlos Santana, que estuvo a cargo de Stipic en la guitarra. El resto de esa interpretación estuvo conducida por la abrasadora e íntima voz de Fran, quien mantuvo una energía imperturbable durante toda la presentación.
Otra transmutación sonora fue la de Seres Invisibles, canción con la que abre su mencionado disco debut y segunda en el setlist acústico. Esta vez, además del trabajo de la banda principal, el track pudo cobrar una energía distinta a su versión de estudio gracias a la incorporación de un dúo de violines, una viola y un cello, a cargo de Daniela Arias, Carolina Pedroza, Sarah Kheel y Natalia Vilchis, respectivamente, con la que el ecléctico sonido original de Rubio tomó un rumbo de oscura solemnidad, marcando así la primera mitad del espectáculo minimalista.
La tónica de estas reversiones solo fue en crescendo con la llegada de Lo que no Hablas, track inicial de su tercer álbum de estudio Venus y Blues (2023). La interpretación mantuvo la tónica oscura y experimental de la propuesta de Rubio y su potencia se vio recargada en esta edición, gracias a la destacada performance vocal de Fran, quien apoyada por las coristas Valentina Maria, Melinda Rose y Matheus Fonseca, logró transmitir la sentida introspección emocional que hace a través de su líricas.
Cantos de esperanza y gratitud llegaron al final de la presentación de Rubio con Voy Creciendo (2025), su más reciente sencillo. Acordes abiertos y una sensibilidad que resuena con aprendizajes del recorrido, así decidió cerrar Fran Straube y todo su equipo, quienes con creces lograron dar a conocer ante Chile y el mundo a uno de los proyectos nacionales más interesantes y diversos de la escena nacional.
“Mírame aquí. Yo siento que voy creciendo. Se siente gigante estar aquí”, canta Fran al final de uno de los hitos más poderosos de su carrera (hasta el momento) y, al mismo tiempo, de toda la música chilena, que desde un lejano rincón del planeta ha dado a entender que hay expresiones sonoras y líricas mucho más enriquecidas de lo que aparece en la superficie de los algoritmos y las listas más populares de internet.