"Comprendiendo al nicho progresista en Tiktok": La columa de Daniela Berríos Söhrens

"Me encontré con un nicho digital que funciona como pueblo chico. Gran parte de los creadores se conocen y comparten, incluso llegando a generar relaciones de pareja y/o de amistad", escribe la columnista para Turno PM.

05-08-2025

A fines del 2024 decidí crear contenido en Tiktok. Me era un mundo ajeno, ni siquiera tenía la app instalada, pero hacerlo me servía para validarme como comunicadora. Creyéndome el cuento, perdiendo miedo al ridículo y aprovechando que mis circunstancias personales y laborales lo permitían, decidí perseguir el sueño y me puse a hablar de política. Así lo virtuoso para mí, también sería virtuoso para la izquierda progresista y haría activismo social, una de las pasiones en mi vida.


De a poco llegaron likes, hate, seguidores, comentarios, y vi cómo mi cuenta generaba una comunidad que interactuaba con mi contenido. Pero esa no fue la sorpresa, lo sorprendente fue que con otros influencers empezamos a organizar una estrategia digital contra la derecha, lo que me llevó a analizar dinámicas sociales del nicho progresista en Tiktok.


Me encontré con un nicho digital que funciona como pueblo chico. Gran parte de los creadores se conocen y comparten, incluso llegando a generar relaciones de pareja y/o de amistad. Así mismo también se generan rivalidades, bandos y competencias. Este tipo de relaciones se fomentan principalmente a través de lives donde algunos usuarios, replicadores, y creadores de contenido se conectan casi a diario para comentar trends. Esta dinámica a veces esconde contextos de soledad, lo que puede ser incomprendido pero que resulta inocuo para la imagen de los influencers.


También me topé con el abandono y los prejuicios negativos desde el poder político hacia los creadores de contenido, y cómo esto entorpecía la vinculación y posibilidades de estrategias digitales conjuntas entre influencers y partidos políticos.



Personajes que muestran en vivo crisis emocionales, que hacen videos de odio hacia otros creadores, o el divismo de algunos por tener cientos de miles de seguidores, son actitudes que desprestigian el oficio y que entorpecen la urgente valoración que el poder político debiera tener hacia el activismo digital.


La solución para lograr la estrategia es simple: neutralizar egos, conocerse, vincularse, generar confianzas y tolerar las diferencias.

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