¿Cómo le decí que no a Don Francisco?
Columna de Álvaro Ortiz: "¿Cómo pretende llegar a La Moneda un candidato que, en la recta final, decide no rendir cuentas a nadie? La situación no es la misma que hace unas semanas, ya no es uno entre ocho postulantes, como en la primera vuelta, cuando los tiempos eran estrechos y las preguntas se repartían entre muchos. Hoy son dos, y el espacio para interpelarlo es mucho mayor. Y justamente ahora decide no estar".
Las Caras de La Moneda tenía un ritual al comienzo. Don Francisco, copete impecable y esa mezcla de cercanía y autoridad construida en años de pantalla, se plantaba frente a la cámara y le recordaba a cada persona en su casa: “Ustedes ya conocen a los candidatos. Hoy, nosotros queremos que conozcan a la persona”. Ese era el trato. Hace cuatro años, José Antonio Kast lo aceptó, pese a que le tocaba “martes de pololeo”.
Sentado frente al inofensivo Mario Kreutzberger, Kast habló abiertamente de su infancia, de su viejo sueño de ser astronauta y de cómo fue crecer como el menor de diez hermanos. Recordó a su madre e imaginó qué le diría si estuviera viva, y relató cómo su padre llegó a Chile huyendo de Alemania, tras haber sido soldado y afiliado al Partido Nacionalsocialista Obrero durante la Segunda Guerra Mundial, aunque eso último no lo mencionó. Dio detalles de su amor con Pía Adriasola y fue sorprendido por ocho de sus nueve hijos, que al final del programa le cantaron Si los hombres han llegado hasta la luna del grupo Siempre Así.
El capítulo marcó 10,6 puntos de rating, es decir, cerca de 850 mil espectadores, mientras que la entrevista al actual presidente Gabriel Boric tuvo un promedio de 11,5 puntos, aunque cabe destacar que ninguno de los dos episodios superó a Mega en horario prime. Hoy, en una campaña que recuerda mucho a la anterior, el programa volvió a prepararse para recibir a Kast: el set listo, Don Francisco dispuesto, la premisa intacta. Pero la tradición de Canal 13, que regía desde 2009, se quebró.
“Los capítulos proyectados de ‘Las caras de la Moneda’ para la segunda vuelta presidencial no podrán concretarse debido a que un candidato declinó la invitación“, señaló en un comunicado el canal, sin aludir directamente a Kast. Según el candidato, “les avisé con tiempo que este año vamos a estar recorriendo Chile y que lamentablemente no podré ir” e insistió en que “lo que nos convoca es ganar la elección del 14 de diciembre en terreno, en la calle”.
Las Caras de La Moneda no era solo una tradición televisiva, sino que funcionaba como un examen emocional ante el país, un espacio donde las biografías se volvían parte del debate público y donde las campañas podían encontrar —o perder— humanidad. En ese sentido, su valor no era tan distinto al de un debate: obligaba a mostrarse, a sostener lo que dice y a darle al país una imagen más clara de quién quiere gobernarlo. ¿Será mucha controversia ser hijo de inmigrantes?
El argumento de “recorrer Chile” se queda corto. Kast habla de campaña en la calle, pero lo hace detrás de un vidrio blindado. Dice buscar contacto directo con la gente, pero evita los lugares donde no decide las preguntas; afirma que su prioridad es “ganar en terreno”, pero renuncia justamente al terreno donde tiene que defender sus propuestas. Al final, su ausencia en el programa no es logística, es política.
Tratando de desviar el punto de la polémica, la vocera del comando, María Sedini, afirmó que “se está haciendo un escándalo excesivo”, que las críticas no son más que “una desesperación por parte del comando de la candidata Jara” y que “somos la candidatura que más ha participado en debates”.
Espero no ser el único que se pregunta entonces, ¿Cómo pretende llegar a La Moneda un candidato que, en la recta final, decide no rendir cuentas a nadie? La situación no es la misma que hace unas semanas, ya no es uno entre ocho postulantes, como en la primera vuelta, cuando los tiempos eran estrechos y las preguntas se repartían entre muchos. Hoy son dos, y el espacio para interpelarlo es mucho mayor. Y justamente ahora decide no estar.
Kast no solo se restó de Las Caras de La Moneda, también negó su participación en el debate de Mega del 23 de noviembre. Aquí lo que está pendiente no es sumar un evento más al calendario, sino responder preguntas específicas: qué piensa de que su asesor económico Jorge Quiroz está vinculado a varios casos de colusión o por qué el jefe de su bancada, el diputado Cristian Araya, aparece en un reportaje de CIPER recibiendo presuntos pagos para salvar al ex juez de la Corte Suprema, Antonio Ulloa, imputado en el caso Muñeca Bielorrusa.
Pero lo peor de todo, es que esa rendición de cuentas que evita Kast ni siquiera era ante un entrevistador duro como Tomás Mosciatti, sino ante Don Francisco, el rostro de la Teletón, que a sus 84 años puede que no le dé para otro Las Caras de La Moneda.