"El Señor de los Feeds": La columna de Javier Riveros

"Las plataformas digitales prometían un reino más democrático: conectar hobbits con elfos, montar foros donde orcos y enanos pudieran debatir sin prejuicios. Sin embargo, lo que parecía un nuevo Hobbiton digital terminó pareciéndose más a las profundidades de Mordor", dice el columnista este miércoles 9 de junio en Turno PM

09-07-2025

Pasaron las primarias y las redes sociales ya empezaron a vibrar como si el Anillo Único buscara un nuevo portador. Lo que se viene rumbo a las presidenciales no será solo una batalla en las urnas, sino una guerra por cada like, en cada feed, cada historia y cada rincón del algoritmo.


¿Qué voz alzará la espada Andúril sobre el ruido? ¿Qué discurso se alzará como luz en las sombras de la desinformación? El ojo del algoritmo todo lo ve y la ciudadanía debe decidir si será Frodo o Sauron quien domine el relato.


Si El Señor de los Anillos nos enseñó algo, es que incluso el más pequeño puede cambiar el curso del futuro. Pero también nos mostró cómo los anillos de poder, cuando caen en malas manos, pueden corromper hasta al más noble. En nuestras redes sociales, ese “anillo” es el algoritmo.



En teoría, las plataformas digitales prometían un reino más democrático: conectar hobbits con elfos, montar foros donde orcos y enanos pudieran debatir sin prejuicios. Sin embargo, lo que parecía un nuevo Hobbiton digital terminó pareciéndose más a las profundidades de Mordor.


¿Por qué? Porque las redes, al emparejarnos solo con quienes piensan como nosotros, crean cámaras de eco y filtros burbuja. Las cámaras de eco funcionan como las tabernas de Bree, donde solo se escuchan las voces familiares. Si piensas como los tuyos, todo bien. Pero si eres como Frodo cargando ideas distintas, probablemente prefieras quedarte callado.


Y ahí aparece otro enemigo: la espiral del silencio, esa sombra que impide a muchos decir lo que realmente piensan por miedo a ser rechazados, tal como Sam temía alejarse del grupo. Mientras tanto, los filtros burbuja —ese conjuro moderno nacido con el mago Eli Pariser— son hechizos que personalizan lo que vemos, aislándonos de realidades distintas.


Igual que Sauron, el ojo del algoritmo todo lo ve, y todo lo filtra. El resultado: un mapa polarizado, donde cada quien defiende su torre como Saruman en Orthanc, sin puentes ni diálogo posible.


Frente a ese aislamiento, toca hacer comunidad —como la Comunidad del Anillo— diversa, incómoda a veces, pero unida por un propósito mayor. Tal vez el futuro de nuestras redes no esté en destruir el algoritmo, sino en humanizarlo.

Turno Studios