"Better Call Parisi": La columna de Fabián Alfaro

"Tiene esa impronta gringa, como de víctima del sueño americano, que sabe que hay otros más enojados aún, dispuestos a lo que sea por una probadita del pastel", escribe el columnista para Turno PM.

11-08-2025

Una vez, trabajando en un canal la verdad que bastante fome, donde se cubre política 24/7, un editor me dijo algo así como: “mira, la política es como una novela, larga y aburrida, con sus momentos".


Quizá estoy tergiversando terriblemente mal al colega, pero a ratos, sobre todo en época de elecciones, es verdad que la cosa se pone divertida, ignorando la inquietante, aunque por suerte débil, posibilidad de que nos termine gobernando un youtuber.


De algún modo, si se pasan por alto los alcances del proceso electoral y sus potenciales consecuencias para la democracia, resulta revelador pararse a mirar los efectos de retóricas que derivan en fenómenos culturales, como por ejemplo, la adhesión del norte de Chile a los principios valóricos de Franco Parisi.


Hay aspectos que se me hacen muy interesantes de esa novela. El primero es que, más que novela, lo del Bad Boy se acerca más a un western posmoderno tipo Narcos, Sons of Anarchy o Better Call Soul.



¿Alguien se fijó en las formas de Parisi? Es como un pastor evangélico queriendo venderte pasajes para un crucero a Miami. Tiene esa impronta gringa, como de víctima del sueño americano que sabe que hay otros más enojados aún, dispuestos a lo que sea por una probadita del pastel.


Para el norte, masculino, militarizado, abandonado, narcotizado, invadido, gentrificado y desintegrado, es una promesa tentadora: la última chance de recibir las bondades del cielo en la tierra, en cash.


Kast, Kaiser y Matthei no van a entender nunca al norte, porque son muy cuicos. En cambio, Parisi calza perfecto como la representación de lo que pasa si logras encabezar una pyme trucha o una estafa piramidal.


A nadie más que a Parisi se le hubiese ocurrido hablarle así a los trabajadores de la minería, celebrándoles esas camionetas enormes y mandándolos a "enchular a la vieja".


Yo, como nortino, apostaría lo que fuera a que eso, como en 2021, le va a funcionar y la va a romper en Antofagasta, Tarapacá, Arica y Parinacota y Atacama, donde lo que más hay son mineros, camionetas, evangélicos y pequeños empresarios, como él.

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