"Trump, aranceles y el juego global": La columna de Daniela Miranda
"La decisión de Trump está lejos de ser racional desde el punto de vista de la sostenibilidad económica, más bien obedece a una más de sus tácticas de negociación", escribe la columnista para Turno PM.
Una de las ideas más influyentes que comenzó a difundirse desde las escuelas de pensamiento económico de Estados Unidos en el siglo XX sostiene que las economías periféricas se especializan en commodities (materias primas), mientras que los países centrales lo hacen en la industria, simplemente porque cada uno es más competitivo en ese ámbito. Una decisión que sería totalmente racional y alejada de la política.
Curiosamente, hoy el propio presidente de EE.UU. rompe con esa tradición de pensamiento promoviendo un arancel sobre el cobre que agrega nuevas incertidumbres a la industria estadounidense. Y es que la decisión de Trump está lejos de ser racional desde el punto de vista de la sostenibilidad económica, más bien obedece a una más de sus tácticas de negociación. EE.UU. no tiene actualmente la capacidad de producir todo el cobre que necesita ni puede esperar hasta tenerla, y aunque la producción cuprífera adelantó envíos durante el primer semestre la industria estadounidense se verá obligada a competir con industrias como la China que comprará el cobre más barato.
Tanto Codelco como la minería privada tienen una cartera de clientes diversificada, el riesgo para Chile no está en perder un mercado. El peligro radica en la alta sensibilidad de los precios de los commodities a los eventos geopolíticos, en que una desaceleración de la economía estadounidense golpearía a países dependientes como el nuestro y, quizás lo más preocupante, es que no sabemos qué pedirá Trump a cambio de levantar el arancel.
Lo cierto es que Trump sabe que no puede mantener el arancel por mucho tiempo, pero utiliza medidas como esta para intervenir la política interna de los países, es lo que hizo con Brasil frente al juicio a Bolsonaro o con España, a través de la UE, frente a la negativa de aumentar el gasto militar. Para salir de este dilema vamos a necesitar de todas las habilidades del equipo de Van Klaveren, porque a Trump no le interesan las decisiones económicas racionales, le interesa demostrar que sigue siendo la cabeza del imperio, habrá que esperar hasta fines de julio para saber cómo no va.