"ME-O, estás lleno de odio, igual que Sasuke Uchiha": La columna de Álvaro Ortiz
Sasuke Uchiha entra como alumno estrella en el equipo de Naruto y termina rompiendo con la aldea para convertirse en el antihéroe de la serie. ME-O pasa de promesa política a ser el outsider de la izquierda en Chile", dice el columnista para Turno PM.
Si algo ha quedado claro con el candidato independiente Marco Enríquez-Ominami, es que en estas elecciones presidenciales no vino a hacer amigos. Le pega por igual al oficialismo, a la derecha y a los periodistas. Pareciera que más que una campaña con chances reales de llegar a La Moneda, estamos viendo un arco de villano, una solitaria y casi vengativa cruzada para ajustar cuentas tras años de candidaturas fallidas, supuestas persecuciones y aislamiento político.
Durante el debate de este domingo en Canal 13, ME-O básicamente utilizó sus minutos para instalar ese relato de víctima, que en verdad es lo que ha sostenido toda esta quinta candidatura. Cosa de mirar lo que dijo cuando inscribió su candidatura: "La derecha y la izquierda hicieron todo para apartarnos, reducirnos al silencio, borrarnos del debate, excluirnos de una primaria. 15 años de desprestigio sistemático, de juicios infundados, de difamación organizada".
La semana pasada, tras ser absuelto del caso SQM —la causa por financiamiento ilegal de la política que lo tuvo bajo investigación durante 11 años— redobló sus críticas a fiscales y periodistas. Es por eso que durante la tanda del debate, presentó una franja con IA que parodiaba a los “Ángeles de Charlie” y señalaba a Mónica Pérez, Mónica Rincón, Matilde Burgos y Tomás Mosciatti como parte de una supuesta operación en su contra. Cuando Iván Valenzuela le preguntó si su tesis incluía a Patricio Contesse, ex gerente de SQM, el cineasta eludió el sí o el no, habló de “intencionalidad” y cerró ante la insistencia: “Es mi respuesta, si a usted no le gusta no dé su opinión”.
Un día después, en el programa Desde la Redacción de La Tercera, se jactó de su buen desempeño en el debate y fue consultado sobre si apoyará a Jeannette Jara en segunda vuelta. Riéndose, el candidato respondió que “yo espero contar con ella. Soy el más preparado para enfrentar a Kast, y todas las encuestas muestran que la candidata oficialista, por muy buena persona que sea, no le gana”.
Si al ME-O de antes le faltaba odio, ahora le sobra. Como Sasuke Uchiha, cuya fuerza nace de una herida que no cicatriza, el candidato independiente parece mover toda su campaña desde la rabia acumulada y la desconfianza permanente. No tiene un enemigo claro, sino un mundo entero que percibe en su contra.
En el animé Naruto, Sasuke carga con la masacre de su clan, ejecutada por su propio hermano, un trauma que lo marca para siempre y que convierte su vida en una búsqueda obsesiva de venganza. Esa herida lo separa de sus vínculos, lo vuelve solitario y transforma cada acto en algo personal. Algo parecido ocurre con ME-O: su relato no gira en torno a un país ni a un proyecto común, sino en torno a sí mismo y a la idea de que el sistema entero lo traicionó. Desde esa lógica, usa la vitrina de candidato para deslegitimar al máximo a sus rivales y a la política que los sostiene, sin partido ni músculo detrás.
El ME-O de ahora es producto de su primera candidatura. En 2009, el entonces joven diputado del PS irrumpió en los sondeos presidenciales, incluso superando en algunos al candidato de la Concertación, Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Ante la negativa de realizar primarias oficialistas, ME-O decidió renunciar a su partido y competir como independiente. "Mi renuncia es la vía para llamar a la confirmación de una nueva mayoría amplia, diversa, fuerte y libertaria", dijo en su salida. Por su lado, el presidente del PS de aquel entonces, Camilo Escalona, lo desafió: "Nos vemos en diciembre". En su primera incursión, sacó más del 20% de los votos en primera vuelta, aunque no pasó a balotaje. Sonó a despegue, pero fue peak.
Los años posteriores, fundó el Partido Progresista (PRO) y siguió compitiendo por fuera del oficialismo una y otra vez. Aunque mantuvo visibilidad, nunca logró la fuerza suficiente para pasar a segunda vuelta. Su impulso inicial bajó elección tras elección, y del tercer lugar en 2013 pasó a un sexto en 2017 y 2021. Su promesa de nueva mayoría se convirtió en minoría, y el PRO se disolvió en 2022. Sus líos judiciales —caso SQM incluido— lo relegaron a los márgenes.
Sasuke Uchiha entra como alumno estrella en el equipo de Naruto y termina rompiendo con la aldea para convertirse en el antihéroe de la serie. ME-O pasa de promesa política a ser el outsider de la izquierda en Chile. Ambos dan la pelea, pero lo hacen solos, motivados por la búsqueda de redención y de un deseo que nunca se sacia.
ME-O es un buen polemista, sabe provocar titulares y tensar el ambiente, pero no tiene cómo sostenerlo afuera, ya que carece de alianzas, despliegue en terreno y equipos para transformar los TikTok en resultados. Para él, la elección “sigue abierta”, pero lo que yo veo es que su verdadera pelea es otra: si le gana o no al profe Artés.