"El renacer de los superhéroes": La columna de Francisco Pérez
"Si este es el renacer del género, que vengan más películas que no le teman al color, a la emoción, al amor, al cariño", escribe el columnista para Turno PM.
Este año, el cine de superhéroes volvió a hacerme sentir algo. No por cameos sorpresa ni batallas finales. Hablo de emoción real. De ganas de volver a creer. Porque “Fantastic Four: First Steps” nos habla de la necesidad de familia, ya sea nuclear o encontrada, de pertenecer.
La llegada de “Fantastic Four: First Steps” marca un giro inesperado (y refrescante) dentro del género más sobreexplotado de los últimos veinte años. No hay multiversos, no hay trauma sobre trauma, no hay oscuridad existencial. Lo que hay es una familia que circunstancialmente tiene poderes. Y no una de esas familias tipo “Rápido y furioso”, sino una que se pelea, que se ríe, que se cansa del otro y que, aún así, vuelve. Que se cuida. Que se salva.
A diferencia de la oleada de superhéroes oscuros y sombríos que dominó la década del 2010, “Fantastic Four: First Steps” abraza un colorido brillante y lleno de vida. Esta apuesta por lo luminoso y emotivo rompe con la tendencia de oscuridad extrema, recordándonos que el género puede ser vibrante, optimista y, sobre todo, humano.
Lo que Los Cuatro Fantásticos ponen sobre la mesa es una verdad sencilla pero poderosa: los superhéroes no son solo íconos de marca. Son metáforas. Y en un mundo post Trump, donde la desconfianza, el individualismo y la hostilidad han dejado cicatrices profundas, ver a una familia unida intentando quererse (incluso cuando no le sale perfecto), se siente profundamente necesario.
Si este es el renacer del género, que vengan más películas que no le teman al color, a la emoción, al amor, al cariño. Porque a veces lo que necesitamos no es un héroe más fuerte. Es saber que, pase lo que pase, alguien va a estar ahí para ti.