"Coquimbo ya es campeón y no es casualidad": La columna de Álvaro Ortiz

"Coquimbo ya es campeón, aún no matemáticamente, pero dudo que una simple “mufa” como esta pueda entorpecer lo que parece inevitable", escribe el columnista para Turno PM.

16-09-2025

Muchas veces atribuimos las grandes hazañas deportivas, los triunfos sorpresivos, a una suma de factores que jugaron su papel en el tramo final, una “alineación de los astros” como se le dice. Pero lo que estamos viendo con Coquimbo Unido en esta Liga de Primera 2025 está lejos de ser el resultado de una aislada buena temporada, es el culmine de un trabajo que comenzó hace más de 5 años. Quizás en aquella época nadie lo veía venir, pero el “pirata” dio varios avisos en el transcurso.


Quedando 7 fechas del campeonato nacional, Coquimbo solo ha perdido un partido de liga en el año, está invicto como local, es el equipo con menos goles en contra (12), y con una racha de 14 partidos sin derrotas, se posiciona como el puntero de la liga desde que comenzó la segunda vuelta, sacándole 17 puntos al segundo lugar. Coquimbo ya es campeón, aún no matemáticamente, pero dudo que una simple “mufa” como esta pueda entorpecer lo que parece inevitable.


En 2019, bajo la dirección del “Pato” Graff, el equipo firmó un campeonato más que sólido para un recién ascendido. Con algunos nombres que no eran tan desconocidos para el medio nacional, como Rubén Farfán y un desgastado Mauricio Pinilla, los piratas finalizaron quintos en un torneo que terminó 6 fechas antes por el Estallido Social. Con ello, consiguieron su primera clasificación para la Copa Sudamericana, un primer síntoma de que no venían solo a rellenar la liga.


Que Coquimbo superara la primera ronda de una copa internacional al año siguiente ya era un logro histórico. Ganar la segunda, con su primera victoria fuera de Chile, podría haber sido suficiente. Vencer en octavos de la Sudamericana sorprendió a muchos. Y llegar hasta semifinales, cayendo ante el futuro campeón, Defensa y Justicia, se perdió rápidamente en la retina del fanático pese a ser lo más cerca que un club chileno ha estado de una final internacional desde la U. de Chile campeona en 2011. Tal vez porque ese mismo año, en lo que fue una caótica organización del campeonato dado el Covid-19, Coquimbo volvió a la “B”.



Sin embargo, rápidamente demostraron que no pertenecían ahí. Armando un equipo que más parecía un reciclado de Colo Colo (Esteban Paredes, Jean Beausejour, Rodrigo Millar, Carlos Carmona y Héctor Tapia como DT) volvieron sin mucho problema a ganar la segunda división y a recuperar su puesto en la primera.


De ahí vino una pequeña pausa para juntar fuerzas. Coqueteó con un nuevo descenso, volvió a clasificarse a la Copa Sudamericana y apostó por darle una segunda oportunidad a Luciano Cabral, quien había pasado casi 6 años en prisión en Argentina, pero cuya magia no se había ido a ninguna parte.


De hecho, Cabral fue pieza fundamental de ese Coquimbo que finalizó puntero en el primer semestre de 2024 y que, si no hubiera partido a México, quizás no se habría desinflado como lo hizo. Pero, si hay algo en lo que el “barbón” ha demostrado una diferencia con el resto, es en encontrar las piezas correctas del rompecabezas.


Hoy la ausencia de Cabral es indetectable, teniendo a Matías Palavecino. Tampoco se extraña a Paredes, ahora que está Cecilio Waterman y Nicolás Johanssen. Desde su llegada, el “Mono” Sánchez logró ganarse a quienes dudaban de él, entre ellos el presidente Boric. Y en el camino también han aparecido otros nombres como Benjamín Chandía, Francisco Salinas y Cristián Zavala, cuyo llamado a la selección chilena es cosa de tiempo, por lo que no me calentaría la cabeza con lo que diga Nicolás Córdova ahora. Pero, sin lugar a dudas, nada de esto habría sido posible si no fuera porque el entrenador Esteban González tomó el timón cuando la marea asustaba a quienes no veían la tierra prometida.

Turno.Live