¿Cuáles son las 7 guerras que Trump dice haber acabado durante su discurso en la Asamblea General de la ONU?
El mandatario estadounidense cuestionó la labor del organismo internacional, calificando como “una lástima que tuviera que hacer estas cosas en lugar de que las hiciera Naciones Unidas”.
Este martes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció un discurso enérgico ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Durante su intervención, que estuvo marcada por fallas en el teleprompter, el mandatario criticó duramente a la organización internacional. “Acabé siete guerras, traté directamente con los líderes de cada uno de estos países, y ni siquiera recibí una llamada telefónica de la ONU ofreciendo ayuda para cerrar los acuerdos”, dijo Trump desde el podio.
El republicano aprovechó también de criticar a los países que han reconocido al Estado de Palestina, asegurando que se trata de una “recompensa” para Hamás. Frente a los líderes de 192 países, acusó a la ONU de no haber sido útil en ningún proceso de paz. “Es una lástima que tuviera que hacer estas cosas en lugar de que las hiciera Naciones Unidas. Y tristemente, en todos los casos, Naciones Unidas ni siquiera intentó ayudar en ninguno de ellos”, afirmó.
Trump reiteró que la ONU se limita a emitir declaraciones que no tienen efectos prácticos. “Todo lo que parece que hacen es escribir cartas con palabras muy fuertes y luego nunca darle seguimiento (…) son palabras vacías, pero las palabras vacías no resuelven guerras”, señaló en medio de aplausos de su delegación. Además, volvió a insistir en que debería ser considerado para el Nobel de la Paz: “Todos dicen que yo debería recibir el premio Nobel de la Paz por cada uno de estos logros. Pero para mí, el verdadero premio es que los hijos e hijas puedan vivir y crecer junto a sus padres”.
Los siete conflictos aludidos
Tras las palabras de Trump, el Departamento de Estado estadounidense divulgó en redes sociales la lista de las siete guerras que el mandatario asegura haber detenido, pese a que algunas de las situaciones se mantienen inestables en el presente o han vuelto a reactivar sus conflictos.
Entre los enfrentamientos a los que Trump hizo referencia está el de Camboya y Tailandia. Ambos países alcanzaron un alto el fuego “inmediato e incondicional” en julio tras cinco días de violencia fronteriza que dejaron 35 muertos y 300.000 desplazados. El acuerdo fue anunciado por el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, como anfitrión de las conversaciones. Según el Peace Research Institute Oslo (PRIO), Estados Unidos, China y Malasia ejercieron presión para lograr el pacto.
El caso de Serbia y Kosovo también fue incluido en la lista. Aunque la guerra terminó en 1999, las tensiones persisten, ya que Serbia no reconoce la independencia de Kosovo. En 2020, Trump consiguió que ambas partes firmaran un acuerdo de normalización económica en Washington. Sin embargo, sus posturas siguen siendo irreconciliables y la presencia de 4.000 soldados de la OTAN en la región confirma que el conflicto no está resuelto.
En África, Trump aseguró haber detenido la guerra entre la República Democrática del Congo y Ruanda. Un acuerdo firmado en Washington estableció un alto el fuego, pero semanas después el grupo armado M23 ejecutó a unas 300 personas en Kivu del Norte, intensificando los combates. El presidente congolés Félix Tshisekedi declaró en la ONU: “La situación no evoluciona realmente”. Mientras tanto, empresas estadounidenses recibieron permisos para explorar minerales estratégicos en la región.
En el noreste del mismo continente, la disputa por la Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) enfrentó a Egipto y Etiopía desde el año 2022. El proyecto, crucial para la matriz energética etíope, fue cuestionado por El Cairo por el impacto en el Nilo. Tras años de conversaciones fallidas, Trump aseguró en redes que Estados Unidos resolvería la controversia e incluso sugirió un financiamiento parcial de la obra por parte de Washington.
Según escribió en su plataforma, Trump no recibiría el Nobel de la Paz por “mantener la paz” entre ambos países y calificó de “estúpidamente financiada por EE. UU.” la presa que “reduce sustancialmente” el caudal del Nilo. Etiopía lo desmintió, afirmando que la GERD se construyó sin ayuda extranjera. Aun así, el exmandatario incorporó este diferendo a su nómina de “siete guerras” contenidas.
Otro de los conflictos es el de India y Pakistán. En mayo, tras una escalada bélica de cuatro días, las dos potencias nucleares anunciaron un “alto el fuego inmediato”. El magnate aseguró que había mediado de manera decisiva: “Les dije: ‘Vamos, vamos a hacer mucho comercio con vosotros. Detengámoslo. Detengámoslo. Si lo detienes, comerciamos. Si no lo detienes, no comerciamos’”. Pakistán agradeció públicamente su papel y recomendó a Trump para el Nobel de la Paz en 2026, mientras que India rechazó cualquier injerencia.
En el Cáucaso sur, Armenia y Azerbaiyán también aparecen en la lista atribuida a Trump. La disputa por Nagorno-Karabaj llevaba más de 40 años y escaló cuando Bakú recuperó el enclave habitado por armenios desde época soviética. En agosto, la Casa Blanca anunció un entendimiento entre Nikol Pashinyan e Ilham Aliyev. Ambos líderes llegaron incluso a nominar a Trump al Nobel de la Paz, aunque la tregua sigue bajo observación.
En Medio Oriente, Trump citó el cruce entre Israel e Irán. El 13 de junio, Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes en el marco de la guerra. Luego, el exmandatario proclamó: “Oficialmente Irán iniciará el alto al fuego hoy e Israel lo hará a las 24 horas…”. Benjamín Netanyahu agradeció el apoyo, mientras Ali Khamenei sostuvo que “los ataques estadounidenses no consiguieron nada”.
A diferencia de otros casos, la supuesta pacificación no provino de un acuerdo diplomático, sino de acción militar directa de Washington. Para Trump, aquello cerró un conflicto de 12 días; para múltiples fuentes, solo postergó la confrontación y no derivó en un tratado de paz. De todos modos, el ex mandatario insistió en que “el mundo saludará” el cese, sin que se formalizara un marco negociado.
El discurso de Trump ante la ONU insistió en la narrativa de su rol como pacificador frente a los fracasos de la organización multilateral. “En tiempos de fragmentación y desconfianza”, expresó, “tengo la convicción de que actué donde Naciones Unidas no hizo nada”.