De la recompensa de 50 millones al ultimátum a Maduro: cronología de la avanzada de Trump sobre Venezuela

La presión de Washington sobre Caracas ha pasado de designaciones terroristas a movimientos militares inéditos en décadas, en una escalada que culminó con el ultimátum directo a Nicolás Maduro para que abandone el poder. Un escenario donde la amenaza de una acción militar ya no parece lejana.

02-12-2025

La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha escalado abruptamente durante los últimos meses, llegando a un punto máximo de tensión con la conversación telefónica que mantuvieron Donald Trump y Nicolás Maduro el pasado 21 de noviembre.


Ahí, según ha trascendido durante los últimos días, el republicano le habría exigido a su par venezolano abandonar el poder antes del pasado viernes 28 de noviembre. La petición habría incluido la promesa de garantizar la seguridad del mandatario sudamericano durante su traslado a un tercer país.


Sin embargo, tras la expiración del plazo sin que Maduro cumpliera el ultimátum, la oferta ya no estaría sobre la mesa.


La escalada de la tensión ha sido constante durante el año, comenzando con la declaración del Tren de Aragua como una organización terrorista internacional y llevando a Estados Unidos a desplegar 15 mil soldados en el mar Caribe, aunque todavía no ha llegado al punto de ordenar un ataque terrestre.


En conversación con Turno PM, el analista internacional Gilberto Aranda señaló que el hecho de que la respuesta de Estados Unidos se haya ido dilatando puede deberse a 2 factores: que Trump piense que una eventual ocupación de Venezuela dañaría su intención de ser visto como un “pacificador” (y sus opciones de recibir el tan ansiado Premio Nobel de la Paz); o que esté buscando sembrar confusión.


“De todas formas me parece que el ultimátum es un punto más en la escalada respecto a cercar el régimen de Maduro”, señala Aranda. De cualquier manera, dice, “si esto se sigue dilatando, la credibilidad trumpista se puede mermar, así que no se puede alargar demasiado”.


Estos han sido los principales hitos de una relación complicada, que podría tener novedades durante los próximos días.


Listado de organizaciones terroristas


En febrero de este año, la administración Trump designó al grupo criminal Tren de Aragua como una organización terrorista global, junto a otros 6 carteles mexicanos, en un golpe al crimen organizado en América Latina.


El secretario de Estado, Marco Rubio, estimó que estas agrupaciones amenazan “la seguridad nacional, la política exterior o la economía de Estados Unidos”.


A partir de entonces, el gobierno de Trump declaró la guerra a la migración ilegal y al tráfico de fentanilo, abriendo la puerta a intensificar sus acciones en contra de los gobiernos que acogen a esas organizaciones.


Por un puñado de dólares


En agosto de 2025, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, anunció una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto de Maduro. Ya en enero se había aumentado la recompensa de 15 a 25 millones.


Bondi compartió un video en sus redes sociales en el que describió esta recompensa como “histórica” y calificó al gobernante venezolano como uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza para la seguridad nacional estadounidense.


Despliegue en el Caribe


Como parte de lo que el Pentágono denominó “Operación Lanza del Sur”, las Fuerzas Armadas norteamericanas desplegaron más de una decena de buques de guerra y 15 mil soldados en el mar Caribe y frente a la costa venezolana, más que en ningún otro momento en décadas.


Entre septiembre y noviembre, EE.UU. realizó 21 ataques contra barcos a los que acusa de contrabando de drogas, en los que han muerto al menos 83 personas. De todas formas, no ha detallado pruebas de que los barcos traficaran narcóticos.


El despliegue no solo busca intimidar al régimen venezolano, sino también sentar las bases logísticas para opciones militares futuras si Trump decide avanzar hacia una intervención más directa. El secretario del Ejército, Daniel Driscoll, por su parte, manifestó que las Fuerzas Armadas estadounidenses están “listas, si se les pide” para actuar en Venezuela.


Operaciones encubiertas autorizadas


En octubre de 2025, Trump confirmó que autorizó a la CIA para llevar a cabo operaciones encubiertas dentro de Venezuela, una rara confirmación por parte de un líder estadounidense en ejercicio sobre las operaciones de la agencia de espionaje.


Aunque el contenido de tales operaciones secretas no ha sido revelado, Trump dejó abierta la puerta a sabotajes, operaciones cibernéticas y campañas psicológicas, etapas previas a un conflicto mayor como el ingreso de tropas terrestres en el país caribeño.


El portaviones más grande del mundo


El pasado 11 de noviembre, el Comando Sur de Estados Unidos anunció que el portaviones USS Gerald Ford se incorporaba al operativo que busca combatir el narcotráfico en la región y la llegada de drogas a tierra estadounidense.


Aunque el Pentágono no entregó detalles sobre su localización, señaló que este buque de guerra —el más grande y avanzado de la Marina estadounidense, con un costo de más de 13 mil millones de dólares— ayudará a “interrumpir el tráfico de narcóticos y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales”.


Con la llegada del Ford, el número de buques de guerra estadounidenses desplegados en la región superó la docena, una presencia militar impresionante para una zona que históricamente solo ha visto 1 o 2 buques de la Armada ayudando a la Guardia Costera de EE. UU. en misiones rutinarias de interdicción de drogas.


El Cartel de los Soles en la mira


A finales de noviembre, el departamento de Estado norteamericano designó como “grupo terrorista extranjero” al Cartel de los Soles, organización de la que se conoce muy poco y que Washington vincula a la cúpula del Ejército y el gobierno venezolano, señalando que estaría encabezado por Maduro y su titular de Interior, Diosdado Cabello.


Marco Rubio, secretario de Estado, explicó que el Cartel de los Soles —y otros grupos como el Tren de Aragua o el Cartel de Sinaloa— son responsables de la violencia terrorista en el hemisferio sudamericano, así como de traficar drogas hacia Estados Unidos y Europa.


Cierre del espacio aéreo


El sábado pasado, Trump advirtió —pese a no tener la autoridad para ello— que el espacio aéreo venezolano va a ser cerrado en su totalidad, una decisión que acerca la posibilidad de un ataque militar sobre el país caribeño.


“A todas las aerolíneas, pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas: les rogamos que consideren que el espacio aéreo sobre Venezuela y sus alrededores permanecerá cerrado en su totalidad”, escribió el republicano en su red Truth Social.


Desde Caracas calificaron al anuncio como “hostil, unilateral y arbitrario”, así como una “amenaza colonialista”.


Una conversación telefónica


Durante los últimos días se reportó que Trump y Maduro tuvieron una llamada telefónica el 21 de noviembre, en la que —según ha trascendido— el presidente estadounidense le habría dado un ultimátum a su homólogo sudamericano para que dejase el poder.


El magnate republicano confirmó la existencia de la conversación, pero se negó a dar detalles de la conversación: “No quiero comentar al respecto, la respuesta es sí (conversamos). No diría que salió bien o mal. Fue una llamada telefónica”.


Según han indicado fuentes conocedoras de la conversación en las últimas horas, Trump exigió a Nicolás Maduro abandonar el poder antes del pasado viernes 28 de noviembre. Sin embargo, tras la expiración del plazo sin que Maduro cumpliera el ultimátum, la oferta ya no estaría sobre la mesa.


En ese sentido, el cierre del espacio aéreo habría sido una represalia inmediata ante la falta de respuesta por parte de Maduro. Ahora Trump y su equipo de seguridad nacional están evaluando los próximos pasos respecto a Caracas.


¿Qué viene después?


Para Gilberto Aranda, una potencial agresión estadounidense en suelo venezolano debe verse con seriedad. En sus palabras, “mover el 20% del músculo militar no es para hacer turismo en el Caribe. No se necesita ese despliegue para destruir los buques que acusa de ser narcolanchas. Ese despliegue es por otro motivo”.


De todas formas, una invasión llevada a cabo por 15 mil efectivos se ve poco probable. Según el analista, lo más posible es que un eventual ataque busque objetivos específicos: instalaciones militares que faciliten las operaciones de drogas del régimen; la extracción del anillo de protección a Maduro y su círculo de aliados; o que los efectivos tomen lugares específicos del país sudamericano, como aeródromos o campos petrolíferos.


Más aún, a medida que crece el despliegue militar estadounidense, Maduro parece estar quedándose cada vez más solo ante un destino incierto, con muchos países latinoamericanos dando un giro a la derecha en sus últimas elecciones presidenciales.


Este fin de semana, la candidata de izquierda a la presidencia de Honduras quedó en tercer lugar y los 2 contendores derechistas que pasaron a segunda vuelta adelantaron que, de ganar, romperían relaciones con Venezuela. Asimismo, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, conocido por su apoyo a Maduro en organismos regionales, perdió los comicios electorales ante el centroderechista Godwin Friday.


En Colombia, en tanto, el presidente Gustavo Petro —que se encuentra en medio de un conflicto creciente con Trump— ha marcado distancia con el gobernante caribeño. La semana pasada, el presidente colombiano dijo a CNN que el problema de Maduro es “la falta de democracia y de diálogo”.

 

/ por Julio Olivares.

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